El clima ayudó al Gobierno y profundizó la caída de las importaciones

La balanza comercial de energía era una de las grandes preocupaciones del Gobierno previo a este invierno. Sin embargo, el clima jugó una buena pasada y ayudó a reducir los consumos de gas y electricidad y, en consecuencia, las importaciones del sector.

En total, los tres meses más fríos del año acumularon un recorte de compras de energía de 3.200 millones de dólares respecto al invierno del 2022, que se explica, fundamentalmente, por el incremento de dos grados de la temperatura en comparación al promedio histórico del país, de acuerdo a los informes de Cammesa.

De este modo, el acumulado anual de la balanza comercial energética marca un rojo de apenas 1.110 millones de dólares que es fácilmente reversible en el último cuatrimestre del año a partir de las mayores ventas de crudo a Chile y la sustitución de combustibles líquidos.

De hecho, agosto ya mostró un sendero donde, si se miran exclusivamente las cantidades comercializadas y no su valor, las exportaciones suben un 16,2%, mientras que las importaciones caen un 31,7%.

En lo que va del año, las importaciones de energía cayeron un 40,8% lo que representa un ahorro de 4248 millones de dólares. De ese monto, unos 3.200 millones corresponden al trimestre junio-julio-agosto y la cifra se eleva a 3.800 millones al considerar mayo, el mes en el que empiezan a llegar los buques de GNL.

Justamente este fluido fue el que presentó una de las caídas más grandes con unos 800 millones de dólares menos que equivalen a una merma del 30,9% en relación al 2022. El sobrante de gas fue tan significativo que Enarsa prefirió pagar un resarcimiento para poder devolver dos barcos de GNL y no desplazar producción gasífera de Vaca Muerta.

“Este año se pagó una compensación de 5 millones de dólares para devolver dos barcos. Se negoció mucho menos que lo que pedían inicialmente. El mecanismo está previsto en este tipo de contrataciones y tuvo que ver con temperaturas mayores a lo esperado”, confirmaron desde la firma estatal a +e.

El gas boliviano, por su parte, acumula un retroceso del 45,6% en lo que va del 2023 con unos 500 millones de dólares de ahorro. En tanto, las compras externas de gasoil se derrumbaron un 57,7% al pasar de casi 4.000 millones de dólares a 1.662 millones debido a la menor cosecha y a la sustitución de este combustible por gas natural local.

Algo similar sucedió con las importaciones de fuel oil que cayeron un 59,9% en los primeros ocho meses del año. Las gasolinas siguieron el mismo camino con una baja del 43,3% y la electricidad fue el único energético que aumentó en relación al 2022 con un alza del 27,8%.

De todos modos, este salto se justifica solamente por el pico de compras durante el verano para afrontar la inédita ola de calor. En invierno, por el contrario, las importaciones de energía eléctrica cayeron en un 82,1% en junio, 78,7% en julio y 15,5% en agosto.

El descenso tiene relación directa con la caída de la demanda residencial por las mayores temperaturas que evitaron un encendido mayor de equipos eléctricos de calefacción. Según los datos de Cammesa, el consumo de los hogares bajó un 13,5% en junio, un 0,7% en julio y aumentó apenas un 0,8% en agosto.

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