Las claves de una nueva etapa en la exploración offshore en Uruguay

La Administración Nacional de Combustible, Alcohol y Portland (Ancap) dio inicio a un “hecho histórico” para el desarrollo de Uruguay: por primera vez, todo el mar territorial se encuentra bajo exploración petrolera, luego de que se adjudicaran los siete bloques de las cuencas marinas en el Océano Atlántico y comenzaran los nuevos contratos con las petroleras interesadas.

Ya lo había advertido la empresa Petroleum Geo-Services (PGS) en un comunicado oficial: la firma de los contratos de producción compartida restantes era inminente, y pronto se podría comenzar a trabajar en la búsqueda de petróleo y gas en las costas uruguayas, tras los descubrimientos positivos en Namibia, del lado opuesto del Atlántico.

Ayer, finalmente, todos los bloques quedaron oficialmente adjudicados en el marco de la Ronda Uruguay Abierta, vigente desde el 2019. De esta forma, se sumaron las petroleras APA para área OFF-6; Shell para las áreas OFF-2 y OFF-7; y YPF en el área OFF-5. Mientras que Challenger Energy ya tenía adjudicado el bloque OFF-1 y APA y Shell firmarán un consorcio por el área OFF-4.

Durante las próximas semanas, en tanto, se firmará el contrato por el bloque restante, el OFF-3, también con Challenger Energy.

“Un hecho histórico”

En conferencia de prensa, el presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, señaló el hecho de que todas las áreas de la plataforma marítima de Uruguay vayan a ser exploradas como “histórico”. “Este éxito se produce gracias al prestigio y reputación del país por su estabilidad democrática, económica y jurídica, así como su incuestionable respeto a los contratos y compromisos asumidos”, aseguró.

“Estas son grandes empresas de energía que están invirtiendo en renovables, en la producción de biocombustibles avanzados (combustibles sintéticos y biocombustibles de segunda generación) a partir de hidrógeno verde, búsqueda de hidrógeno blanco así como en captura y almacenamiento de carbono, por lo que su presencia en el país también da un importantísimo respaldo a la estrategia liderada por Ancap en la segunda transición energética definida por el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM)”, agregó, y añadió que se abre lo que será “un proceso largo”.

Stipanicic también destacó que las empresas asumen el riesgo de invertir en un país que no es petrolero cuando hay lugares del mundo con “probabilidades de éxito mayor de suceso geológico”.

Contrato de producción compartida

Según explicó Stipanicic, el modelo de contrato de exploración y producción que se firmó con las tres empresas licenciatarias, es el de Acuerdo de Producción Compartida. Este modelo es ampliamente utilizado en la industria y fue el que se aprobó en la Ronda Uruguay Abierta. Asimismo, puede llegar a tener una duración de 30 años, incluyendo la exploración y eventual explotación de hidrocarburos.

En ese sentido, ayer se puso en marcha el primer subperíodo de cuatro años, en el que cual las empresas que participan del proyecto deben asumir algunos compromisos para lograr la extensión de contrato: entre ellos, la evaluación y modelado geológico y de recursos prospectivos, así como el licenciamiento y reprocesamiento de información sísmica existente.

Igualmente, las petroleras adjudicatarias asumen todos los riesgos, costos y responsabilidades de la actividad, por lo que obtendrán ingresos en el caso de que hubiera producción comercial en el futuro. El Estado uruguayo, por su parte, obtendría ingresos a través de la participación en las ganancias pero también a través del Impuesto a la Renta de la Actividad Empresarial (IRAE). Hasta el momento, la inversión comprometida aproximada es de 200 millones de dólares.

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