“Algunas estaciones en determinados puntos del país están bajando precios porque se les fue la mano y tenían más de 100 pesos de diferencia con YPF. Se habían pasado de rosca y tenían las estaciones vacías” indican a +e.
Desde otra refinadora coinciden en este análisis, pero aclaran que se trata de un comportamiento de los estacioneros, no de las petroleras que les marcaban una pauta menor y éstos la incumplían frente a la dispersión de precios. “Ahora, en esos casos puntuales, estamos viendo baja de precios”, dicen.
Existen estaciones de servicio que reportan una caída en sus ventas entorno al 20%, hay otras que aseguran que solamente hay un traslado de los combustibles premium a los super y en algunos casos sostienen que no existen grandes cambios de consumo.
“Tiene que ver más con una estrategia de mercado que por la baja de la demanda. Esto de bajar y subir es la actualización del precio para que sea lo más acorde posible al mercado. Cuando hacés aumentos, si ves que de repente en alguna ciudad del país estás desfasado, vas bajando y ajustando. El precio lo termina imponiendo el mercado”, explica otra fuente del sector refinador.
La variación de precios en todo el país es enorme. Las provincias con combustible más caro son las del NEA -junto a Córdoba- con precios por arriba de los $800 el litro de nafta super. Un escalón más abajo se ubica el NOA, luego Buenos Aires y Mendoza (con el beneficio de tener refinerías cercanas) y finalmente la Patagonia gracias a las exenciones impositivas.
No obstante, además del factor de encarecimiento logístico por el mayor distancia de traslado en camiones, existe un componente de tasas municipales que provoca variaciones de precio incluso en municipios vecinos.
Un último factor que explica esta diferencia de valores en surtidor es la estrategia de mercado. “Hay una cuestión de la política comercial de cada compañía. Hay empresas que consideran determinadas plazas como relevantes y entonces los precios son más bajos. En cambio, otras les cuesta mucho abastecerlas y encarecen los precios. También sucede que, cuando la competencia está alta, te podés dar el lujo de tener precios más altos. Depende mucho de la cantidad de estaciones de servicio que haya en cada ciudad. Hay empresas más y menos agresivas y se van contando las costillas para ver hasta dónde llega la otra”, afirma otro experto en el tema.