Una mejor planificación energética por parte de los responsables políticos puede fomentar la participación ciudadana en la transición energética, según el proyecto de investigación europeo “WHY”, coordinado por la Universidad de Deusto.
Deusto Tech, el instituto tecnológico de la Universidad bilbaína, lidera un proyecto en el que participa un variado equipo de investigadores de toda Europa con el objetivo de identificar herramientas innovadoras para facilitar el ahorro energético en los hogares.
Con este proyecto, financiado por el programa Horizonte 2020 de la UE, se pretende mejorar la comprensión y predecir las reacciones a los cambios en el mercado de la energía, como ajustes de tarifas, nuevos impuestos, descuentos y edificios energéticamente eficientes, según ha informado este jueves la Universidad de Deusto.
La investigación pretende “revolucionar la toma de decisiones en materia de energía mediante el desarrollo de un modelo causal que analiza las decisiones cotidianas de los individuos sobre el uso de la energía y mejorar la comprensión de las reacciones a los cambios en el sistema energético”.
Una planificación política en energía
Las conclusiones del estudio, con vistas a una gestión energética “más eficaz” y centrada en la persona usuaria, recomiendan “aceptar la diversidad” dado que los actuales perfiles de carga estandarizados (los gráficos que ilustran la demanda o carga eléctrica durante un tiempo específico) “no representan con exactitud a las personas reales”.
El proyecto aboga por una “comprensión más matizada de los patrones individuales de uso de la energía y por cambiar las rutinas de planificación, dejando de utilizar valores de consumo estandarizados para consumidores residenciales a la hora de evaluar ciudades o municipios”.
El estudio concluye también que la “clave” en este asunto es “la sencillez y la claridad”.
“Las tarifas por tiempo de uso son más fáciles de seguir para los individuos, lo que permite una mejor organización de las tareas en el hogar y un impacto más significativo en la reducción del consumo de energía”, expone.
Según esta investigación, “las diferencias de precio entre los periodos de las tarifas energéticas deben ser lo bastante sustanciales como para incentivar claramente a los individuos a modificar su comportamiento”.
Subraya también que “los valores sociales deben ocupar un lugar destacado en la toma de decisiones” y aboga por integrarlos “en la publicidad”, haciendo hincapié en el “impacto positivo de las tecnologías en el apoyo y el compromiso de la comunidad”.
“Deberían aplicarse disposiciones especiales en el sistema de tarifas para ayudar a las familias y personas en riesgo de pobreza, reduciendo el impacto de los cambios relacionados con la energía en sus vidas”, recomienda también.
Los resultados del trabajo apuntan a que “proporcionar mensajes que relacionen las tecnologías con valores sociales como el apoyo a la comunidad conducirá a la mejora de las condiciones de vida y al compromiso de la comunidad”.