YPF abrirá el juego al resto de las compañías petroleras que operan en el país en sus dos principales megaproyectos que permitirán escalar el desarrollo de Vaca Muerta y generar 30 mil millones de dólares anuales en la década de 2030.
Se trata del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur, que unirá Añelo con Punta Colorada, en la costa rionegrina, donde se construirá la mayor terminal portuaria de exportación de crudo del país; y de la planta de licuefacción en la zona de Bahía Blanca.
YPF liderará el proyecto Vaca Muerta Sur, que demandará una inversión global de unos 2.600 millones de dólares, y buscará que el resto de las productoras del shale paguen por la capacidad de transporte que requieran en el oleoducto. En breve se llamará a las empresas para licitar los volúmenes, que ascenderán a unos 400 mil barriles diarios.
Para llevar adelante el proyecto, el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, convocó a Gustavo Gallino, ex Techint, que tuvo un rol protagónico en la obra del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner.
Gallino tiene la misión de moverse rápidamente para iniciar la obra clave para incrementar el desarrollo petrolífero de Vaca Muerta.
Proyecto LNG
Mientras que, a mediados de marzo, YPF convocará a las principales jugadoras del shale gas neuquino para que se sumen al megaproyecto de producción de LNG. Marín valora el trabajo realizado por la conducción anterior de la compañía con un socio de alto nivel mundial como Petronas.
Los directivos de la compañía malaya dieron el visto bueno para trasladar a costo cero al resto de la industria los avances de los estudios preliminares del proyecto que prevé construir una planta de licuefacción en Bahía Blanca. Se prevé comenzar a exportar unos 6 millones de m3 diarios de gas en 2027, a través de los barcos metaneros que tiene Petronas. El objetivo será exportar unos 40 millones de m3 diarios de gas de Vaca Muerta, cuando la planta licuefactora llegue a su pico de producción.
La idea es que YPF y Petronas se queden con el 50% del negocio, y el 50% restante quede en manos del resto de las empresas que se suban al consorcio. Ya hay cuatro compañías interesadas.
Plan 4×4
Ambos proyectos son medulares en el “plan 4X4”, bautizado así por Marín para cuadruplicar el valor de la compañía en los próximos años, convirtiéndose en una exportadora neta de crudo y gas.
El foco estará puesto en la aceleración del desarrollo de Vaca Muerta, el negocio más rentable de la compañía, en paralelo a una agresiva desinversión en activos convencionales maduros con altos costos operativos.
El objetivo es replicar el modelo de Petrobras, que en las últimas dos décadas convirtió a Brasil en un jugador mundial de la industria petrolera tras el desarrollo del Presal.
La nueva conducción de YPF considera que la compañía debe liderar el desarrollo de Vaca Muerta para empujar al resto de la industria para generar unos 30 mil millones de dólares al año en exportaciones de hidrocarburos hacia 2030.
Antes de que termine el primer semestre de 2024, Marín quiere tener finalizado el plan de desinversión en activos convencionales y en empresas participadas en los que “YPF pierde plata”, indican en la petrolera. Lo hará de forma consensuada y “prolija” con los gobernadores y los gremios petroleros de modo de no alterar la paz social en las provincias.
Algunas áreas serán revertidas, otras se licitarán o venderán, y en algunos yacimientos se harán contratos de compra de petróleo con pymes locales.
Pleno a Vaca Muerta
Hoy el portfolio del upstream de YPF se divide un 50% en Vaca Muerta y un 50% en el convencional. La meta es cambiar la ecuación a un 80% en el shale neuquino y 20% en los yacimientos tradicionales.
En la petrolera aseguran que hoy el lifting cost del shale está entre un 60 y un 80% por debajo del convencional, y no hay dinero para financiar campos maduros.
A su vez también se pondrá en revisión las 25 compañías participadas que tiene la petrolera nacional. La idea es conservar firmas claves para el sector energético como YPF Luz e YPF Litio.
La compañía destinará el grueso de la inversión a Vaca Muerta, que necesitará para su pleno desarrollo la perforación unos 10 mil pozos y desembolsos por 140 mil millones de dólares. La mirada de Marín está puesta en convertir a YPF en la petrolera de habla hispana más grande.
Uno de los principales ejes del plan 4×4 estará puesto en mejorar la eficiencia de las operaciones, tanto en el upstream como en el downstream, a través de la implementación de procesos. El norte estará puesto en duplicar la productividad mediante la aplicación de estrategias de otras industrias. Buscará replicar el modelo de la automotriz japonesa Toyota en los pozos de Vaca Muerta.