La crisis económica ha generado que los distintos sectores productivos registren una baja en sus números. Sin embargo, la industria hidrocarburífera, con Vaca Muerta a la cabeza, ha crecido en los últimos años. El limitante de ese crecimiento está atado a la falta de reglas claras.
En el marco del foro IEFA Latam, el presidente de Pan American Energy (PAE), Alejandro Bulgheroni subrayó que el desarrollo de la formación no convencional estuvo atada a los vaivenes macroeconómicos y a la inestabilidad que caracteriza al poder político.
“Acá hay grandes inversiones que hacer que no tienen una visualización inmediata porque todas las inversiones llevan cuatro o cinco años y uno no puede ver lo que va a pasar. Yo creo que el gas natural que tenemos es muy importante para nuestro futuro como también lo es el petróleo”, consideró el directivo.
En este sentido, Bulgheroni manifestó que Vaca Muerta ha sufrido los embates de la inestabilidad política. “Yo no digo que Vaca Muerta haga lo mismo que está haciendo el Permian Basin en Estados Unidos, que está produciendo más de seis millones de barriles y la Argentina está produciendo 300.000 prácticamente en el mismo tiempo”, describió.
Esa diferencia de productividad para el presidente de PAE es un problema porque “las condiciones acá en la Argentina no dejaban que uno invirtiera. Uno tiene que tener las condiciones del reservorio, las posibilidades geológicas, pero también tiene que tener las condiciones económicas y las condiciones de largo plazo”, subrayó.
El directivo celebró que el país pueda tener un exceso de recursos para el mercado interno y ponderó que las futuras inversiones tienen que estar pensadas en el mercado externo, sobre qué pasa en el mundo y sobre la transición energética.
“Tenemos que resolver el problema planteado por el trilema energético. Tenemos que producir energía, producir energía limpia, accesible y segura para todos. Hoy la única energía que cumple en principio y en parte, no totalmente, estas condiciones es el gas natural”, aseveró.
El shale gas como respuesta
El gas apunta a sustituir el carbón, que hoy representa el 30% de la ecuación energética mundial y que es sumamente contaminante. “Lamentablemente hay muchos países que no tienen otra alternativa, o piensan que no tienen otra alternativa, y aunque están haciendo muchas inversiones en energías renovables, también están haciendo inversiones en lo que es gas natural y carbón”, subrayó.
Para el presidente de PAE, hay una multidimensionalidad de la transición energética y esto va a depender de cada región en el mundo.
“Hoy hay una gran diferencia entre aquellos países que tienen los recursos para subvencionar estas energías nuevas que todavía no están al alcance de todos, pero que son limpias, y la gran cantidad de países y poblaciones en el mundo, más del 50%, que no tienen los recursos, y por tanto seguirán consumiendo carbón que es altamente contaminante”, analizó.
“Los países deben concentrarse en la lucha por sustituir al carbón por el gas natural. Posiblemente esto no lo hicieron con anterioridad porque no estaban seguros de que hubiera gas natural suficiente. Esto en las últimas décadas se ha resuelto. Entonces ahora creo que el cambio por el carbón está a la vista de todos y todos lo tienen que hacer”, ponderó.
El precio es la gran incógnita para resolver. La cotización del GNL (gas natural licuado) es muy inestable y eso presenta un problema para las economías de los países. “Hay un problema de precio. El gas natural licuado, llevado a los distintos mercados, es más caro que el carbón. Pero los países que quieren subsidiar y que están subsidiando, deberían hacerlo también a los que usan gas natural y no al carbón”, afirmó Bulgheroni.