El ataque de Irán a Israel tensiona el mercado y encarece el petróleo

La respuesta de Irán el pasado sábado por la noche ante el presunto ataque de Israel al consulado iraní en Siria el 1 de abril, que acabó con la vida de siete mandos militares en Damasco, no se hizo esperar más. Israel amaneció el domingo tras soportar 300 drones y misiles de crucero y balísticos. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con ayuda de Estados Unidos, Reino Unido y otros aliados, consiguieron interceptar el 99%, sin que el ataque causara ninguna baja.

Irán dio por concluida sus acciones e Israel reabrió su espacio aéreo, el cual cerró a medianoche, pero parece que el Gabinete de Guerra israelí está estudiando una posible represalia, ante a la que Irán advirtió de una respuesta mucho mayor si tal amenaza se vuelve realidad.

En este contexto de tensión en Oriente Medio, los mercados esperan una apertura de semana complicada debido a la situación de escalada en los conflictos internacionales. Los inversores, que vienen padeciendo una inflación persistente y unas tasas de interés que, ante esta situación, no esperan un descenso en el corto plazo, sufrirán el lunes una nueva sesión de volatilidad.

Y es que con el inicio del conflicto entre Palestina e Israel, el mayor temor del mercado era que Irán se introdujera de lleno en la guerra. Este miedo se incrementó cuando Hamás, la organización terrorista paramilitar palestina, atacó a Israel en octubre. Con la aparente inclusión de Irán, ahora se espera que el barril de petróleo pueda superar los 100 dólares y se espera una fuga hacia valores más seguros, como los Bonos del Tesoro, el oro y el dólar, provocando mayores pérdidas en el mercado de valores, según explica Bloomberg.

De hecho, el mercado del oro ha estuvo en alza, ganando un 13% a lo largo de este año hasta alcanzar un precio superior a los 2.400 dólares la onza. En cuanto al dólar, la moneda subió un 1,3% la semana pasada, el mejor desempeño desde finales de 2022.

Existe, por tanto, una cierta preocupación con la decisión de Israel sobre una posible represalia a pesar de que Irán de «el asunto por concluido», aunque es cierto que desde la Casa Blanca no están por la labor de apoyar un contraataque por el momento. Así se lo comunicó el presidente Joe Biden a Netanyahu, a través de un informe redactado por el país norteamericano.

Ante este momento de incertidumbre, los inversores acuden de manera natural a activos más seguros. Sin embargo, esto puede dar lugar a nuevas oportunidades de compra de activos de riesgo a precios más bajos. «Todo dependerá, en cierta medida, de la respuesta de Israel ante lo acaecido este fin de semana», declaró Patrick Armstrong, director de inversiones de Plurimi Wealth LLP y que recoge Bloomberg. Por ejemplo, el Bitcoin se hundió casi un 9% ante los ataques del sábado, aunque el domingo se recuperó para cotizar cerca de la marca de los 64.000 dólares.

Sin embargo, los mercados de Oriente Medio no se despertaron como si de una escalada en el conflicto se tratara, sino más bien con relativa calma ya que el ataque era anunciado, como también su inocuo desenlace sin fallecidos ni daños debido a la defensa de Israel.

El dilema viene en el crudo

Por otro lado, la preocupación de los mercados reaparece en el petróleo y en la energía. El pasado viernes, el barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, ya cerró la sesión en torno a los 91 dólares, un 1,3% más que el día anterior.

A esto hay que sumarle el secuestro el pasado sábado de un carguero vinculado a una compañía israelí en el golfo de Omán, cuando navegaba por el estrecho de Ormuz. Esta localización separa Irán al norte de los Emiratos Árabes Unidos y Omán al sur, y es un enclave vital para el transporte marítimo global, en especial del envío de petróleo crudo y de gas natural licuado.

El acaecimiento de este secuestro puede crear un precedente peligroso para el mercado del conocido como el «oro negro». En caso de que se interrumpiera el transporte por esta vía, la alternativa pasa por una ruta mucho más larga que no termina de ser práctica, debido al aumento de costes que provocaría una mayor inflación. Por este estrecho circula hasta un tercio del crudo mundial, por lo que una interrupción de la circulación esta zona causaría demoras en la oferta de petróleo y, por ende, una escalada en los precios.

Actualmente, el precio del brent se sitúa en máximos desde octubre del año pasado y, en lo que va de año, ha subido casi un 19% por los recortes de producción y el miedo a interrupciones de suministro. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), mantenía las previsiones de consumo para este año y el que viene, mientras que la Agencia Internacional de la Energía (AIE), organismo dependiente de la OCDE y que aglutina a más consumidores que productores, negaba la mayor respaldándose en la popularidad del coche eléctrico. Los mercados, no muy convencidos, siguen pendientes del corto.

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