La Argentina de Javier Milei, a contramano en política de desarrollo industrial

La inclusión del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) en la ley ómnibus que propuso el gobierno de Javier Milei, plantea el interrogante: ¿ Argentina camina a contramano de la tendencia mundial en política industrial y comercio exterior? Economistas y especialistas convocados por Letra P analizan hacía dónde va el modelo libertario de desarrollo productivo.

Para su análisis, las personas consultadas parten de la idea de “desregular y liberar la fuerza productiva” que reivindica la administración mileísta y evalúan la relación existente entre el pedido de Milei al empresariado para que “pongan las pelotas e inviertan” y la ausencia de iniciativa estatal para generar competitividad.

Argentina no es Australia

Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), evalúa que el RIGI tiene aspectos positivos. «Es necesario porque necesitamos más incentivos que Australia. Es un parche que en mediano plazo, debería ser reemplazado por un pack de reformas estructurales: apertura, desregulación laboral, cambios tributarias», plantea.

«Las medidas sobre comercio exterior de Milei, con bajas puntuales de aranceles; mientras persisten restricciones más generales a importar (acceso al dólar oficial), están mal diseñadas», opina y agrega: «Milei primero tiene que estabilizar y para ello no puede bajar impuestos. Argentina requiere reformas de primera, segunda, tercera y cuarta generación. Estamos detrás de casi toda Latinoamérica».

Javier Milei a contramano

Agostina Monti Salías, consultora y profesora UBA, considera que «en el mundo, los Estados son los que están desarrollando políticas públicas de impulso a la industria» y sostiene que «Argentina va a contramano».

«El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) marcó esa tendencia y la reivindicó desde el Nuevo Observatorio de Política Industrial (NIPO). A diferencia de los ’90, donde era un boom global de apertura y el libre comercio, ahora los países tienen políticas muy proteccionistas: Estados Unidos sube los aranceles a China; Europa emite para-arancelarias para defender su industria; Singapur, que es un ejemplo que pone Milei, tiene políticas públicas traccionadoras de la industria», ejemplifica.

«La inestabilidad económica de Argentina hace necesario un régimen de incentivos a las inversiones; pero el RIGI se excede en beneficios. No protege a la industria de proveedores ni tracciona el desarrollo local», advierte.

Anastasia Daicich, de la consultora Qualy, afirma que el gobierno de Milei debería ir hacia «una política de desarrollo exportador» y detalla: «Los casos mundiales más notorios son el fruto de modelos impulsados desde la política pública: Japón, Corea, Taiwán, China. El RIGI, sin cambios macro que acompañen, podría generar menos inversiones que las esperadas, y consecuencias no deseadas como la formación de ‘economías de enclave'».

«Los sectores que más interés tienen en este régimen, como el minero, tienden a generar impactos muy puntuales en el país receptor; pero si no se implementa con cuidado, se puede llegar a un uso subóptimo del mismo: su venta al exterior casi sin valor agregado», alerta.

«Una política de desarrollo exportador tiene carácter integral, abarca instrumentos coordinados financiamiento a la producción, articulación con el sistema científico-tecnológico, creación de infraestructura (vial, ferroviaria, portuaria, de comunicaciones, energética), de gestión estatal», destaca y subraya: «La mayoría de los países, en particular los desarrollados, adoptan posiciones intermedias. Por un lado, promueven fuertemente sus exportaciones, preferentemente de bienes con valor agregado; y por otro, administran sus importaciones, sea con aranceles y otras herramientas fiscales y, crecientemente, con medidas para-arancelarias, como normas técnicas y ambientales».

Argentina camina mirando a África

Pablo Bercovich, director de la consultora Marca Pyme, sostiene que «efectivamente el FMI emitió un documento que habla de la importancia de política industrial para el desarrollo de los país; también lo relativizó en otro posterior. Todos los países están haciendo política industrial».

«China apostó hace rato por el valor agregado y el conocimiento incorporado: exporta innovación y desarrollo. Estados Unidos está en un momento de relocalización de su industria el el territorio. Los países invierten en impulso al valor agregado de sus productos», puntualiza y profundiza: «Las políticas públicas son un medio para el desarrollo. Lo que hace Brasil es impresionante y eso deja a las pymes argentinas en una situación desigual, de competencia desleal. Con el RIGI, el gobierno de Milei, elige perdedores como las perdedoras del modelo».

Emmanuel Alvarez Agis, director de la consultora PXQ, afirma que «el RIGI tal como está, propone una economía de enclave con regímenes muy parecidos a los que tienen países como Angola y Nigeria; y no creo que el más liberal de los libertarios del gobierno se animen a mudarse a esos países”.

«El RIGI está redactado desde los intereses de las empresas que escribieron los borradores con supuestos máximos: pidieron 100 para que les den 50 y le dieron 100; y además le bajaron los impuestos. No estoy en contra de la lógica de incentivar la inversión extranjera. Trabajé en la firma del acuerdo con Chevron para abrir Vaca Muerta, pero no se puede entregar absolutamente todo», dijo en declaraciones a C5N.

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