Cómo una nueva turbulencia política en Bolivia, afecta la agenda del gas natural con Brasil

Nueva inestabilidad afecta a un país clave en el suministro de Brasil que planea importar gas argentino. Lula programa una visita a La Paz y el gas debería estar en la agenda.

(#RadarEnergetico)_ Tanquetas golpeando las puertas de Palacio Quemado, decenas de militares armados llenando la Plaza Murillo, ministros a correteos buscando explicaciones y una extraña discusión entre el Presidente del Estado y el comandante en armas, todo ello ocurrió en apenas tres horas de sucesos vertiginosos. Después de ello, La Paz volvió a la calma y los uniformados salieron del centro del poder.

Sin embargo, las repercusiones sobre lo que realmente sucedió y las implicancias de los hechos, siguen teniendo eco en el país, así como en la región, incluidas las teorías de golpe, autogolpe, show político, entre otras.

Mientras el gobierno argentino denunció “la falsa denuncia de golpe de Estado”, otros países se mostraron más cautos y algunos solidarios con el Gobierno de Arce.

Desde el punto de vista energético, Brasil, el país que más compra gas a Bolivia, ha puesto su mirada en estos hechos y cómo este nuevo episodio de turbulencia en Bolivia puede afectar las relaciones comerciales.

Bolivia no es sólo una de las principales fuentes de moléculas para Brasil. Es también el camino más corto hacia el sueño de importar gas argentino.

En medio de la agitación política en La Paz, el presidente Lula confirmó el viaje a Bolivia el 9 de julio.

“Quiero hacer un encuentro muy grande con empresarios bolivianos y quiero mostrarles que sólo la democracia es capaz de permitir que Bolivia crezca”, dijo el presidente brasileño en radio Itatiaia.

La reunión con Arce ya estaba prevista para julio desde hace bastante tiempo, y tiene como telón de fondo una agenda conjunta que implica, del lado brasileño, el intento de negociar condiciones de acceso a la infraestructura ociosa del país vecino para el flujo de gas de Vaca Muerta, desde Argentina.

Del lado boliviano, el intento de atraer inversiones brasileñas para recuperar reservas de gas. Nuestros vecinos quieren vender gas (a precios más baratos que el gas argentino) –y no sólo ser remunerados por el paso del gas argentino a través de su territorio, analiza el portal brasileño epbr.

“Bolivia también quiere discutir proyectos de industrialización de gas en el país, que incluyen la producción de fertilizantes para exportar a Brasil”, plantea el sitio.

A continuación, el análisis del portal brasileño epbr, que presenta los aportes que hacen los bolivianos a la agenda del gas y cómo esta agenda se relaciona con el contexto político-económico del país.

LAS ONDAS DE BOLIVIA LLEGAN A BRASIL

El gobierno de Luis Arce está mediando en el acercamiento de YPFB, la empresa estatal local, con agentes industriales del mercado brasileño, que están en una carrera por el acceso al gas (más competitivo) tanto de Bolivia como de Argentina.

El presidente boliviano ha insinuado una agenda de reformas, y una nueva Ley de Hidrocarburos es la promesa prioritaria para después de las elecciones de 2025, cuando, se espera, el país vecino pueda entrar en otro capítulo de pacificación política.

Para el embajador de Bolivia en Brasil, Horacio Villegas, el momento actual es buscar un equilibrio entre las dos experiencias pasadas y antagónicas de la política energética boliviana: la liberal (predominante entre 1990 y principios de los 2000); y nacionalista (en las décadas de 2000 y 2010).

“Es un momento de síntesis. Teníamos una tesis, una antítesis y estamos en un proceso de síntesis, de encontrar un equilibrio, tanto para las empresas extranjeras como para Bolivia”, dijo en una entrevista con la agencia epbr, en junio (antes del intento de golpe).

El gobierno boliviano (incluida YPFB) y Petrobras han mantenido contactos frecuentes, en un acercamiento iniciado por Jean Paul Prates y ahora bajo el mando de Magda Chambriard.

Pero Bolivia hoy tiene un ambiente de negocios prohibitivo, con bajos retornos y que dificulta las decisiones de inversión.

La expectativa es que Bolivia no renuncie a la participación mayoritaria en las empresas estatales del país, sino que busque incrementar la presencia de capital extranjero.

“Bolivia tiene una tarea pendiente muy grande que es crear las condiciones para darle confianza a los inversionistas. No sólo en Brasil, sino en el mundo”.

“Bolivia todavía está en el proceso de construcción, pero necesitamos que Brasil nos diga: ‘mira, también necesitamos que en este proceso de construcción sea viable que Bolivia tenga el 51% y, para nosotros, el 49%’. Una empresa conjunta en este sentido”, comentó Villegas.

Petrobras, de hecho, ya no será el único socio comercial de Bolivia:

“Estamos en otro momento y Bolivia necesita hablar con todos los actores que estén interesados ​​en el gas boliviano, no sólo con Petrobras. Petrobras será la más importante, en muchos sentidos, pero no será la única. Eso es lo realmente bueno”.

HAY UNA BOLIVIA EN MEDIO DEL CAMINO…

La infraestructura de gasoductos existente en Bolivia es, hoy, el camino más rápido para las intenciones comerciales Brasil-Argentina.

Las alternativas (incluido un nuevo gasoducto a través del Chaco paraguayo) no sólo requerirían grandes inversiones en infraestructura, sino también más tiempo para ponerlo en funcionamiento.

Villegas destaca que el gas de Vaca Muerta marcará el futuro energético de la región durante los próximos 20 a 30 años. “Y Bolivia quiere participar en este proceso”.

El embajador estima que el gas argentino llegará a la frontera brasileña a un precio de entre 9 y 10 dólares el millón de BTU, mientras que Bolivia lo entrega a un precio de 7 dólares. “Son 3 dólares los que, para muchas industrias, son decisivos», afirmó.

Sobre la relación con el gobierno liberal argentino de Javier Milei, Villegas cree que al final del día, independientemente del tema político-ideológico, “lo que prevalece son los negocios”.

BOLIVIA TIENE GAS, SÍ

Villegas también comentó sobre la caída en la producción de gas y destaca que este es un tema en el que el país necesita trabajar -incluida la nueva Ley de Hidrocarburos-.

Pero sostiene que en Bolivia hay gas a la espera de inversión. Y hay un volumen de 4 millones de m3/día que tiende a quedar disponible para Brasil, a medida que Argentina se vuelva autosuficiente con Bolivia a partir de este año.

El embajador menciona también que el país consume actualmente alrededor de otros 4 millones de m3/día en centrales termoeléctricas que podrían liberarse para su comercialización con Brasil, en el cambio de década, con el avance de las energías renovables en la matriz eléctrica del país vecino.

“Porque también se construyó esta narrativa de que Bolivia ya no tiene gas. Y no es así”, afirmó.

Villegas ve un enorme potencial para una asociación entre Brasil y Bolivia en el tema de los fertilizantes nitrogenados, que dependen del suministro de gas barato.

Los bolivianos están interesados ​​en atraer inversiones en fafens, destinadas a exportar a Brasil, así, un producto con mayor valor agregado que el propio gas.

“La demanda de fertilizantes en Brasil es tan grande que es posible colocar cuatro plantas aquí en Brasil y cuatro plantas en Bolivia”.

“El precio de una molécula de gas en Bolivia, para un proceso de industrialización, como es el caso de la urea, es de $US 2 por millón de BTU. Con 2 dólares puedes viabilizar cualquier proyecto, cualquier ingeniería. En Brasil, el gas natural, por varias razones, es caro”, comentó.

EL MOMENTO BOLIVIANO

Atraer inversiones para la industria del petróleo y el gas es parte de la agenda prioritaria de Bolivia. El país se enfrenta actualmente a una crisis política y económica.

La crisis boliviana se ve agravada por una frágil situación económica. Desde que Morales asumió la presidencia en 2006 hasta que renunció en 2019, el país mantuvo un crecimiento del PIB consistentemente por encima del 4% anual.

Bajo el mando de Arce, este crecimiento económico real se ha ido desacelerando: en 2024, el FMI estima un aumento del 1,6%, tras un aumento del 2,5% en 2023.

Este desempeño económico se mezcla, en cierta medida, con la disminución de la producción de gas natural del país, uno de los pilares de la matriz económica nacional. Paralelamente, las reservas internacionales se desplomaron.

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