Cuál es la empresa que quiere comprar IMPSA y que podría redireccionarla

Los gobiernos nacional y provincial tuvieron un sinceramiento importante: reconocieron que la estatización de IMPSA no produjo los resultados esperados y que la empresa no pudo despegar ni generar el circuito productivo virtuoso que se había prometido en 2021. En el horizonte de la empresa hay una deuda de más de 500 millones de dólares y en el presente un Gobierno nacional que no tenía previsto inyectar recursos. Es más; Javier Milei desfinanció los fideicomisos y otros instrumentos estatales que podían apalancar algunos de los proyectos que tenían a IMPSA como protagonista.

El proceso de traspaso a manos privadas de la empresa comenzó hace tiempo y recién hoy se hizo oficial el nombre de la empresa interesada en avanzar con la compra. Se trata de Arc Energy, una empresa norteamericana «joven», especializada en insumos pesados y la prestación de servicios para la industria petrolera. IMPSA tiene una larga trayectoria en todas las ramas de la energía, sobre todo en la fabricación de turbinas. Pero en su más de un siglo de historia ha sido proveedor de insumos para el petróleo y hoy tiene en YPF uno de sus principales clientes. Entre otras cosas, ha construido hornos y reactores en el plan de expansión de la refinería de Luján de Cuyo, donde comenzó un proceso para ampliar la producción de gasoil con bajo contenido de azufre, el combustible con mayor crecimiento en la demanda actual y futura.

Pero además, se especula en la industria, el interés de la empresa podría estar en el crecimiento de la demanda de insumos pesados para la industria que generará Vaca Muerta y todo lo que gira alrededor. Allí puede estar el potencial negocio y redireccionamiento de la empresa mendocina.

El camino recién empieza. Ahora ARC Energy tendrá acceso irrestricto a los números de la empresa para poder presentar una oferta de compra. Luego, se amplía ese rango. En el medio, cobra mucha importancia el mercado y la negociación de la deuda que arrastra IMPSA. Es que hay vigente un acuerdo extrajudicial que prorrogó el pago de más de 500 millones de dólares que deberán hacerse efectivos al final de la década y que podría ser motivo de renegociación de los nuevos accionistas. «El objetivo es reestructurar la deuda actual de IMPSA, generar nuevos negocios y volver a instalarla como protagonista del sector energético mundial», indicaron desde ARC Energy a través de un comunicado, en el que destacan que buscan «generar las condiciones necesarias para el relanzamiento de IMPSA a los mercados internacionales». El objetivo es el mismo que se había planteado con la reestatización, pero que no se logró.

«La capitalización propuesta por ARC Energy estará destinada a capital de trabajo y serán canalizados por el Fondo de Inversión Americano, IAF, el cual se especializa en temas de energía y está integrado por referentes de dicha industria», explicaron desde la compañía.

.En la visión de los potenciales nuevos dueños está la certificación que tiene IMPSA para desarrollar y construir desde turbinas y aerogeneradores, hasta insumos de la industria petrolera y piezas de reactores nucleares. De hecho aún está en proceso de montaje parte del reactor modular CAREM, que se hace en la planta ubicada en calle Rodríguez Peña. IMPSA es una empresa con una historia única en el mundo y referente en América Latina, que cuenta con un capital humano de altísima formación y con una tecnología propia para equipos de generación hidroeléctrica y con certificaciones para el diseño y fabricación de componentes nucleares que la puede convertir en un actor protagónico del sector energético mundial”, explicó el CEO de ARC, Jason Arcenaux, en el mismo comunicado oficial.

IMPSA es una empresa centenaria e insignia de Mendoza. Entró en decadencia luego del fracaso de la instalación de la sucursal de Brasil, destinada a la construcción de aerogeneradores, sumado a la deuda del gobierno de Venezuela y a la mala gestión económica – financiera en Mendoza. Las deuda se hicieron impagables y los acreedores se quedaron con la empresa, principalmente bancos (como el BID). En 2021 el Estado nacional y el de Mendoza la «rescataron» con una inversión de 20 millones de dólares. Antes, hubo dos acuerdos extrajudiciales con los acreedores con los que se redujo algo la deuda y se postergaron pagos.

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