La deficitaria mina de Río Turbio podría convertirse en breve en un impensado tesoro en el nuevo mapa energético mundial. En un contexto de guerras y pases de facturas políticas internacionales, el yacimiento, opinan expertos, tiene una oportunidad única en su historia.
Diversas fuentes le han detallado a Clarín cómo es que la mina sureña es hoy una suerte de obsesión para al menos tres grupos empresariales con capacidad de comprarla y ponerla en marcha. Río Turbio tiene todas las fichas para convertirse en uno de los principales proveedores de carbón a países como China e India, pero especialmente a Israel que se ha quedado sin la posibilidad de acceder al carbón de Colombia desde hace apenas unas semanas por orden del presidente Gustavo Petro.
Más allá de los discursos y buenas intenciones relacionados con el calentamiento global y el uso de energías limpias, el carbón todavía es central en la cobertura productiva de países como China, India y Estados Unidos. Por año se consumen 8.500 toneladas de carbón y su uso representa el 26% del consumo mundial de energía primaria, según la Agencia Internacional de Energía.
Israel es otro consumidor importante. Históricamente el país viene quemando un promedio de 10 millones de toneladas anuales. Alrededor de 3 millones de toneladas se las compraba a Colombia hasta que el presidente Petro decretó el cese de este comercio clave para la economía israelí.
En 2023 Colombia exportó 56,7 millones de toneladas de carbón y aproximadamente 3 millones, es decir, el 5,5%, lo vendió a Israel.
El polémico Decreto 1047 que puso fin al intercambio fue publicado el14 de agosto de 2024. “Por el cual se establece una prohibición a las exportaciones de carbón a Israel», indica el texto.
“Con el carbón colombiano hacen bombas para matar los niños de Palestina», se justificó Petro quien calificó al conflicto en Gaza como “genocidio”.
A partir de ese momento, diversos traders se pusieron a la tarea de encontrar nuevos proveedores para Israel. En términos brutos representa un negocio de unos US$ 255 millones anuales puesto que Colombia comercializa su carbón en alrededor de US$ 85 la tonelada.
Para los traders la figura de la mina de Río Turbio (Santa Cruz) emerge con claridad en el panorama internacional. El yacimiento es bien conocido por los especialistas porque sus reservas superarían las 400 millones de toneladas (se estima que podrían alcanzar las 600 millones) y por el diseño eficiente de sus túneles. Sus contras son su ubicación geográfica, y no la calidad del carbón como muchas veces se dice, y el siempre complejo entramado político local.
La empresa Tegi, que comercia con commodities, fue una de las primeras en entender que existía una oportunidad en el mercado argentino sin mover demasiado las fichas, al menos en principio. También fue la que hace unos dos meses se enteró de primera mano lo que implica hacer negocios con empresas estatales.
Ya es público que el interventor Thierry Decoud fue despedido de su cargo por el presidente Javier Milei después que una investigación de Clarín denunciara un presunto pedido de coimas que podría involucrarlo. Justamente este reclamo de dineros extras lo hizo un intermediario al representante de Tegi en la Argentina, Agustín Yarke. Se estima que la supuesta coima representaba unos US$ 5 por tonelada, explican fuentes del sector.
La otra empresa que se acercó al gobierno de Milei es la canadiense Pacifics Mineral Fields Inc. que tiene por CEO y presidente a Jorge Rodrigo Lopehandia Cortes. Este último es un conocido empresario chileno vinculado a los negocios mineros también en su país.
Un tercer interesado sería un empresario nacional de los medios con buena llegada a ciertos sectores del actual gobierno.
El proyecto que bosquejó hace más de 5 meses Tegi a Cancillería fue comprometer una primera compra de un cargamento de baja calidad de 30 mil toneladas a US$ 70 la tonelada, y asegurarse una provisión de 30 mil a 60 mil toneladas mensuales por los siguientes 12 años, a US$ 60 la tonelada.
Según pudo averiguar este diario, Tegi tenía pensado trabajar con un contrato anual y después realizar una oferta por una concesión a 50 años a cambio de un plan de negocios que representaba US$ 70 millones.
La situación de YCRT por estas horas es complicada. Tiene pérdidas anuales por unos US$ 140 millones. Mientras que su producción entre enero y agosto de 2024 promedió las 4 mil toneladas mensuales. En sus mejores épocas de los 70 el yacimiento rondaba las 100 mil toneladas mensuales. Para el gobierno de Milei sería un alivio privatizar o ceder el control de YCRT, opinan fuentes que conocen bien la empresa.
La minera tiene poco más de 2.000 empleados pero casi el 50% cumple labores administrativas. “¿Qué hacen si prácticamente no hay producción para administrar?”, indica un experto en el rubro. Los salarios oscilan entre 1 millón y 4 millones, indican otras voces con acceso a información interna.
“Si se vuelve productiva, la ecuación de personal en mina y administrativo debería cambiar profundamente”, advierte el especialista consultado.
A su llegada, Decoud contrató a alrededor de 30 colaboradores directos destinados a su gestión administrativa. La gran mayoría nunca pisó Río Turbio y vive en Buenos Aires e incluso otras ciudades del país. En los pasillos de YCRT en la calle Cabildo de Buenos Aires, se comenta que la mitad son ñoquis o no tienen presencia permanente en el trabajo y los salarios oscilan entre los casi 2 millones y los 4 millones mensuales.
Por su lado, Pacifics Mineral Field Inc. tendría planes más ambiciosos. La canadiense habría informado a funcionarios cercanos al presidente Milei su intención de invertir US$ 400 millones en Río Turbio. El proyecto en una primera etapa implica la exportación de 50 mil toneladas mensuales de carbón. 25 mil de ellas depuradas y 25 mil en bruto. La firma espera quedarse con la producción total de la mina, el proceso de envío a través de Punta Loyola y con la Usina 21MW.
La carta de presentación al gobierno argentino ya tiene 4 meses y aunque han insistido con funcionarios de Milei, todavía no han logrado una respuesta oficial.
En el mundo energético se rumorea que un empresario argentino vinculado a los medios tendría el guiño de algunas figuras del gobierno para hacerse de la mina a un menor precio. El valor que ha trascendido es de US$ 20 millones a cambio de una concesión por medio siglo.
Según indican voces del sector, Decoud y el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, habrían estado a favor de la llegada del empresario local. Sin embargo, el pedido de coimas a Yarke de Tegi, por parte de Alejandro Gros, un amigo del interventor utilizando información confidencial, terminó por complicar el plan.
En los últimos días, según comentan fuentes de la administración de YCRT, Decoud continuaba “afinando” detalles de su salida de la empresa. Aunque había sido despedido el martes 10 de septiembre dos días después se lo observó en sus ex oficinas por espacio de muchas horas. “Está tratando de que su gente se quede y sostenga lo que quería hacer, reducir la estructura, el personal y vender barato”, indica una de las voces cercanas a la firma.