El mundo no sólo no prescindirá pronto del crudo y del gas, sino que su consumo seguirá creciendo hasta llegar en 2050 a 120 millones de barriles al día, un 15% más que ahora. Este pronóstico contradice las expectativas de muchos analistas y formuladores de políticas que estiman un declive rápido en el consumo de petróleo debido al creciente énfasis en la energía limpia y las preocupaciones ambientales.
En cambio, la organización sostiene que el petróleo seguirá siendo una fuente crucial de energía para satisfacer las necesidades globales, especialmente en sectores donde las alternativas son limitadas o inexistentes. «Lo que las Perspectivas ponen de relieve es que la fantasía de eliminar progresivamente el petróleo y el gas no guarda relación con los hechos», afirmó la organización.