Vaca Muerta: el gigante energético argentino con potencial mundial

Vaca Muerta, la segunda reserva de gas del mundo y la cuarta de petróleo, se convirtió en una pieza fundamental para el desarrollo energético de Argentina debido a la naturaleza de sus recursos. A diferencia de los yacimientos convencionales, donde el petróleo y gas fluyen naturalmente hacia la superficie, en Vaca Muerta se requieren tecnologías avanzadas, como la estimulación hidráulica, que permiten liberar los hidrocarburos atrapados en formaciones de roca compacta.

Vaca Muerta fue descubierta en 1931 por el geólogo estadounidense Charles Edwin Weaver. El yacimiento se extiende por la Cuenca Neuquina y está compuesto por margas bituminosas.

Según datos recientes de la Secretaría de Energía de la Nación, en julio de 2024, la producción fue de 372.800 barriles diarios y alrededor de 80 millones de metros cúbicos de gas por día.

YPF fue pionero y hoy es un actor protagónico de Vaca Muerta, donde lidera gran parte de las inversiones y el desarrollo de infraestructura en la zona. La empresa cuenta con una amplia experiencia y conocimiento en la gestión de yacimientos no convencionales, lo que permite impulsar la producción de manera eficiente.

Eje energético y económico de Argentina

El potencial de este yacimiento reside en su capacidad para abastecer el mercado interno y en sus posibilidades de exportación. En los últimos años, el país comenzó a exportar petróleo y gas, especialmente hacia mercados de América Latina y Europa, con el objetivo de mejorar la balanza comercial y generar divisas.

Expertos estiman que el yacimiento tiene capacidad para producir durante varias décadas, lo que podría consolidar a Argentina como un exportador relevante de energía en los mercados internacionales. De hecho, se calcula que las reservas recuperables de petróleo ascienden a unos 16 mil millones de barriles, mientras que las de gas alcanzan los 308 mil millones de metros cúbicos, ubicando a Vaca Muerta como una de las principales fuentes de energía no convencional del mundo.

Para permitir que la Argentina pase de ser un país con petróleo a un país petrolero son fundamentales obras de infraestructura, como las que ya se están realizando en el oleoducto Vaca Muerta Sur, que permitirán transportar el fluido hasta Punta Colorada y exportarlo desde el que será uno de los puertos petroleros más grandes de Sudamérica. Además de YPF, diversas empresas internacionales mostraron interés en participar en la explotación de Vaca Muerta y contribuyeron a la expansión de la infraestructura necesaria para la extracción, transporte y comercialización de hidrocarburos.

A medida que se consolidan las inversiones y se supera la curva de aprendizaje, el país tiene la posibilidad de posicionarse como un jugador importante en el mercado energético global. Con reservas estimadas que podrían asegurar décadas de producción, el potencial de Vaca Muerta sigue siendo inmenso, tanto para el consumo interno como para la exportación.

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