La inmensa necesidad de tareas industriales para poner en valor el shale oil y gas de un yacimiento en Vaca Muerta requiere de un desarrollo a gran escala de cadenas de proveedores, en donde las pequeñas y medianas empresas (pymes) se abren lugar.
El listado de bienes y servicios necesarios sólo para poner en marcha un yacimiento supera las dos decenas. Algunos son: topadoras, palas, compactadoras, niveladoras, camiones, alambrados, estructuras metálicas, contenedores de químicos, tanques de almacenamiento de petróleo y gas, generadores de energía eléctrica, grúas, compresores, piletas, bombas electrosumergibles, luminarias, obras civiles, transporte de personal, campamentos y catering.
Este tipo de cadena de valor va asociada a la construcción de locaciones, instalación del pad operativo, perforación y terminación de pozos y, finalmente, la puesta en producción de un yacimiento en Vaca Muerta, la formación de hidrocarburos no convencionales que está en Neuquén, el norte de Río Negro, el sur de Mendoza y el oeste de La Pampa, y que ya está transformando a pasos acelerados la estructura productiva de la Argentina.
La cadena de valor de Vaca Muerta
Clarín asistió, invitado por Techint, al 4° Encuentro de ProPymes en Neuquén, donde Tecpetrol convocó a más de 100 de sus proveedores industriales, claves para su vertiginoso crecimiento desde 2017 en Fortín de Piedra, un campo de shale gas que se apalancó en incentivos de precios.
Allí, el CEO de la petrolera, Ricardo Markous, les adelantó el desafío que viene: el directorio del holding, liderado por Paolo Rocca, está a punto de decidir si harán una importante apuesta a la producción de petróleo crudo no convencional en Los Toldos II Este, que podría demandar inversiones por unos 2.000 millones de dólares, como pasó en Fortín de Piedra hace casi 8 años.
«Al pozo van entre 60 y 70 empresas distintas. El secreto es coordinarlas para que ninguna esté subutilizada. Si una llega tarde, las otras tienen que esperar y eso implica mayores costos», explicó Guillermo Murphy, director de Supply Chain de Tecpetrol, a cargo de las compras y contrataciones.
Solamente Techint tiene 274 proveedores que son pequeñas y medianas empresas de origen local, firmas que también prestan servicios para el resto de las operadoras como YPF, Pan American Energy (PAE), Vista y Pampa Energía, entre otras.
Murphy planteó el desafío que tiene la industria petrolera para los próximos años y la oportunidad que pueden captar las pymes. «Queremos multiplicar por dos o incluso por tres lo que ya tenemos. Necesitamos desarrollar las capacidades profesionales y el capital humano como para operar en una actividad de alto riesgo con altos estándares de calidad. Hace falta infraestructura vial y edilicia, para que mucha gente se venga a trabajar acá y traiga a su familia«, sostuvo.
Agregó: «Vamos a necesitar que los actuales proveedores tripliquen su capacidad actual de abastecimiento en pocos años».
Las pymes, ante su oportunidad
Uno de los ejemplos es Tecsa SRL, una empresa fundada en Neuquén hace 20 años, dedicada a la ingeniería, construcción, diseño y fabricación de equipos para la industria del Oil & Gas, en la que trabajan entre 100 y 120 personas, según la época del año.
Nicolás Balboa, dueño de Estrategias Competitivas del Sur (Ecdsur), se lanzó en octubre de 2018 a ampliar su proyecto propio más allá de lo «unipersonal», donde hacía ingeniería de detalle. Ahora tiene 30 personas a cargo y cuenta entre sus clientes a YPF, PAE, Pluspetrol y Pecom, aparte de Techint.
Por su lado, Federico Trapaglia es socio Gerente de Kompass SRL, en donde tiene la firma Water Transfer Solutions (WTS) del Sur, una empresa que se fundó en Estados Unidos para la transferencia del agua en el fracking -fractura hidráulica de la «roca madre» con inyección de arena y agua a muy alta presión-.
La sede local está en Rincón de los Sauces, al norte de la provincia de Neuquén, y tiene 60 empleados; mientras que Kompass agrupa a 10 compañías en total con 650 trabajadores, en ramos como la gastronomía y hotelería, por ejemplo.
La transferencia de agua implica captación en el Río Colorado o en piletas y el transporte mediante bombas, mangueras y tanques hasta la locación donde se usará.
«Se ha tomado conciencia de que es imposible desarrollar Vaca Muerta sin proveedores que estén a la altura, con el personal de esas empresas proveedoras con la capacitación necesaria«, aseguró Trapaglia, quien en ese sentido celebró el desarrollo de programas como ProPymes y otras iniciativas de este tipo que están llevando adelante el resto de las operadoras en la Cuenca Neuquina.
Las previsiones de crecimiento de la actividad en la región muestran que toda la producción nacional de gas natural se puede duplicar en 7 años gracias exclusivamente a Vaca Muerta, así como también la extracción de petróleo, con el tendido de obras de infraestructura para la evaluación de los hidrocarburos.
RIGI: ¿Sí o no?
La sanción del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) por parte del Congreso nacional en la Ley Bases, a propuesta del Gobierno, generó polémica por su eventual impacto sobre las empresas pymes, al permitir las importaciones de insumos sin impuestos. Los representantes de estas firmas consultadas por Clarín, no obstante, se expresaron a favor del RIGI.
Balboa, de Ecdsur, señaló: «Nos pasa algo ambiguo. Para importar tecnología como soldaduras y robótica estamos viendo que se abrió el mercado y nos ofrecen lo que queremos, lo cual es muy positivo. Pero también ahora se pueden importar del exterior los equipos que fabricamos en Ecdsur, como separadores de filtros. Y, a la vez, los podemos exportar».
Nicolás Elzegbe, Project Manager Operations en Tecsa, y Eliana Espín, de Recursos Humanos, creen que el RIGI dotará de competitividad a la Argentina y eso significará un «cambio de escala» para las pymes nacionales.
Trapaglia, de Kompass, consideró que se van a eliminar los cuellos de botella en la infraestructura. «El RIGI es sumamente positivo, va a permitir incorporar equipamiento. No va a ser competencia para las pymes, sino que va a derramar en trabajo para las comunidades. Va a ser un motor de crecimiento más que una amenaza«.
La preparación para el salto de escala
Pensar en grande también implica desafíos. «El factor de escala se multiplica año a año. No nos alcanza la producción para lo que nos piden«, afirmó Balboa. «El secreto es no enamorarse del negocio de uno y el control que se tiene sobre eso, sino saber que dentro de unos tres años la escala puede ser muchísimo mayor. Para eso sirve ver lo que hacen las empresas afuera».
Trapaglia apuntó: «Para llegar a que la Argentina exporte 30.000 millones de dólares por año en energía hace falta todavía preparación, equipos y financiamiento«.
Balboa acotó que ya se están trabajando en capacitaciones en los colegios técnicos, algo que se está haciendo por ejemplo con programas como ‘Soldando Comunidades’ para formar recursos.
Con todo, Elzegbe y Espín, de Tecsa, pusieron el énfasis en las perspectivas que se están abriendo en este sector en su conjunto. «Por primera vez en 6 años sentimos que hay viento a favor, por las inversiones, la demanda mundial de este producto y la licencia social que tenemos en la provincia», describieron. «Se alinearon los planetas«, cerraron.