Vaca Muerta, la vasta formación de hidrocarburos de tipo shale o no convencionales en la cuenca neuquina, es el pilar del auge energético de Argentina y transformó al país en un actor clave en el mercado global de energía, dice un artículo del Energy Analytics Institute (antes, Latin Petroleum), una publicación especializada con sede en Houston, EEUU, y con oficinas en Calgary, la capital de Alberta, principal región petrolera de Canadá, y Ciudad de México.
La publicación dice que Vaca Muerta “no es una formación más de gas y petróleo, es la joya de la corona del futuro energético del país sudamericano”. Y sigue: “a menudo comparada con pesos pesado de la industria norteamericana del shale como las cuencas Permian y Bakken, Vaca Muerta tiene el potencial para transformar a la Argentina en un importante exportador, rediseñando el paisaje energética de Sudamérica y haciendo olas en los mercados globales. La combinación de 308 millones de pies cúbicos de gas y de 16.000 millones de barriles de petróleo y políticas de apoyo posicionan a la Argentina como una potencia energética en ascenso (rising energy powerhouse).
La formación da cuenta del 58% de la producción petrolera y 74% de la producción de gas de la Argentina, cita la publicación, que también menciona a Los Molles como otra formación “en el radar de varias compañías”, aunque aclara que por el momento no es un foco de perforaciones.
También a Washington
El rápido aumento de la producción de Vaca Muerta ya había llamado la atención de una agencia del gobierno de EEUU, la U.S.Energy Information Administration recopila, analiza y difunde información sobre energía y en un informe presentó datos exhaustivos sobre el sector energético argentino, destacando el crecimiento “sin precedentes” de la producción de hidrocarburos impulsado por Vaca Muerta. Y una consultora internacional, Rystad Energy, también había destacado el aumento del 35% anual en la producción de petróleo y del 23% en la de gas, especificando incluso el aporte de los principales operadores (ver gráfico)
Al igual que la agencia norteamericana, la publicación destaca el aumento del 50% en la producción de petróleo desde 2021, hasta llegar a 738.000 barriles por día en septiembre de 2024, el nivel más alto desde 2003, mientras la producción de gas natural creció un 27% hasta promediar 5.000 millones de pies cúbicos diarios en los primeros nueve meses de 2024.
Tecnología, infraestructura, incentivos
Ese crecimiento, dice Energy Analytics, se debe a varios factores, como los avances tecnológicos en fracturación hidráulica y perforación horizontal, el desarrollo de infraestructura como el Oleoducto Vaca Muerta Norte, y políticas de incentivo como el Plan Gas.Ar y el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI), de los que dice que atrayeron inversiones significativas que permitirán a la Argentina convertirse en un exportador neto de petróleo y gas, con un aumento del 33% en las exportaciones de petróleo entre 2017 y 2023, siendo Estados Unidos, Brasil y Chile los principales destinos.
A pesar de estos avances, el sector enfrenta desafíos como altos costos de infraestructura e incertidumbres geopolíticas
La exportación de gas por gasoductos a Chile y Uruguay también creció, impulsada por proyectos como el gasoducto Perito Francisco Pascasio Moreno (ex Gasoducto Néstor Kirchner) y la reversión de flujos en el Gasoducto Norte. “Esto ha reducido la dependencia de Argentina de las importaciones de gas natural licuado (GNL) en un 43% hasta la fecha en 2024″.
Sin embargo, la nota advierte que a pesar de estos avances, el sector enfrenta desafíos como altos costos de infraestructura e incertidumbres geopolíticas.
A su vez, destaca que el presidente Javier Milei ha colocado a Vaca Muerta en el centro de su estrategia energética, buscando atraer inversiones multimillonarias para proyectos críticos como Argentina LNG, una instalación de licuefacción propuesta por YPF, que en caso de tener éxito podría posicionar a Argentina como un proveedor clave de GNL para mercados en Europa y Asia.
La finalización de obras como el Gasoducto Perito Moreno determinará si Argentina puede canalizar su abundante gas hacia centros de demanda doméstica y terminales de exportación en Chile y Brasil. Con la producción de gas de Bolivia en declive, Argentina está en camino de convertirse en el principal proveedor en el Cono Sur, potencialmente redefiniendo las dinámicas comerciales energéticas con Brasil y más allá, dice el informe, que advierte que para 2030 la producción de petróleo de Vaca Muerta podría superar el millón de barriles diarios, elevando a la Argentina a jugador del mercado petrolero global.
Con las inversiones y marcos políticos adecuados, Argentina podría pasar de ser un importador de energía a un exportador neto durante todo el año, aprovechando sus vastos recursos de esquisto para impulsar el crecimiento económico, dice Energy Analytics.