China registró una producción récord en 2024 de materias primas como carbón, gas y aluminio. La producción de acero descendió, aunque se mantuvo por encima de los 1.000 millones de toneladas por quinto año consecutivo.
Las cifras publicadas el viernes por la Oficina de Estadística reflejan la importancia que sigue teniendo la seguridad energética en la agenda política y el deseo de China de reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles.
Pero también muestran cómo la vieja economía se está viendo obligada a reducirse, a medida que Beijing trata de promover industrias más ecológicas para sustituir a la propiedad y la inversión estatal como principales motores del crecimiento.
A pesar de la masiva expansión de las energías renovables en China, el carbón sigue siendo su principal combustible. La producción en 2024 aumentó un 1,3%, hasta 4.760 millones de toneladas, y es probable que este año se produzca otro incremento.
El gas natural, de combustión más limpia, aumentó un 6,2%, hasta 246.000 millones de metros cúbicos, mientras que la producción de crudo creció un 1,8%, hasta 213 millones de toneladas, la segunda más alta de la historia.
Sin embargo, el procesamiento de petróleo es un sector en declive a medida que la economía china se ralentiza y se vuelve más ecológica, reduciendo la demanda de combustibles como la gasolina y el diésel. La producción de las refinerías cayó un 1,6%, hasta 708 millones de toneladas.
El aluminio es uno de los metales que se benefician de la demanda verde, con un aumento de la producción del 4,6%, hasta 44 millones de toneladas. Es probable que el crecimiento disminuya este año, ya que el tope de capacidad anual de 45 millones de toneladas impuesto por el Gobierno impone límites a las fundiciones.
Sin embargo, la industria siderúrgica no puede librarse del impacto de la crisis inmobiliaria china, que lleva años siendo su principal pilar de demanda. La producción cayó un 1,7% hasta poco más de 1.000 millones de toneladas en 2024 y es probable que este año se produzca una nueva contracción, ya que el consumo sigue cayendo.