La bifurcada: el convencional en la era de Vaca Muerta

Una molécula de gas o de petróleo no difiere si es extraída de Vaca Muerta o de un pozo que lleva 70 años en producción. Lo sí difiere, y cada vez más, es lo que sucede sobre el nivel de la tierra de esos campos. Y es que la industria hidrocarburífera argentina está ante una clara bifurcación entre dos modelos de negocios: el no convencional de Vaca Muerta y el convencional de los campos hoy maduros. Un cambio que requiere ser bien entendido por las provincias para no convertirse en una sentencia de abandono.

“En el país tenés unos 330 bloques del convencional de los cuales 130, prácticamente un tercio, están paralizados porque no dan los números”. La frase corresponde al Gerente General de Petróleos Sudamericanos, Alfredo Bonatto, y grafica a la perfección la bifurcación entre el convencional y el no convencional, en donde Vaca Muerta recibió el año pasado 3 de cada 4 dólares que se inyectaron en la industria.

Pero hay más números que reflejan las realidades divergentes como es el hecho de que con 2.530 pozos conectados Vaca Muerta aporta el 54% del petróleo y el 49% del gas del país, siendo que el convencional aporta el 46% del crudo y el 38% del gas pero con la enorme cantidad de 27.000 pozos activos.

Al tercio de áreas maduras que están hoy sin actividad se suma el desgloce de los pozos, que muestra que hay cerca de 53.700 pozos inactivos en todas las cuencas pero no por estar abandonados, sino porque los números no cierran para ponerlos en producción. O no, al menos, con el actual marco de incentivos.

Este escenario se completa con un corrimiento de los grandes jugadores de la industria hacia Vaca Muerta, algo que se ve con claridad en el caso del Plan Andes de YPF que postula la venta de 33 bloques maduros para centrarse en Vaca Muerta. Pero que sigue el mismo camino que el desprendimiento de bloques maduros que realizó Vista y el cartel de “en venta” que le puso Tecpetrol, la firma del Grupo Techint, al bloque El Tordillo, de Chubut.


El peso de las regalías


En el sector uno de los costos clave son las regalías, el pago que se hace a las provincias (y el Estado Nacional en el caso del offshore) y que paradójicamente hoy son más altas para los campos maduros que para el shale.

Hoy las regalías son más bajas en Vaca Muerta que en el convencional, a pesar de que la rentabilidad de Vaca Muerta está 10 a 1 en comparación con el convencional”, marcó Bonatto a Energía On. Y detalló que “en Vaca Muerta se partió de un incentivo y están en el 12%, mientras que en el convencional se viene de un marco normativo viejo, del ‘60, y están en promedio en el 15%”.

Para el titular de Petróleos Sudamericanos “es hora de que las autoridades entiendan que si bien todos somos la misma industria, son dos modelos de negocios diferentes que necesitan políticas diferentes”.

El “guante” de los incentivos para intentar frenar el declino fue tomado primero por Mendoza, que con los sucesivos planes Mendoza Activa, ofreció rebajas de regalías e impuestos para apalancar la producción.

Desde el sector del convencional se pide a los gobiernos que vean la realidad de los campos maduros. (Foto: archivo)

Chubut está intentando hacer lo mismo. “Se aprobó una ley que modifica el marco que teníamos que prohibía reducir las regalías, porque hay una serie de áreas que necesitan incentivos”, explicó el ministro de Hidrocarburos, Federico Ponce a Energía On.

Y detalló que “en general las áreas tienen en Chubut un 12% de regalías más un 3 ó 4% de bonos, y con este cambio la ley habilita a reducirlas hasta el 5%”.

El funcionario planteó que “dentro del convencional tenés un universo de bloques algunos que son rentables bajo las condiciones actuales y otros que no. En esos que no, existe la alternativa, modificando regalías u otorgando alguna otra medida de alivio fiscal, para volver a hacerlos rentables. Sino, lo único que queda es hacer caja con el declino, sin invertir, cosa que no es sostenible”.

Mientras estas provincias ya tomaron medidas, hay casos opuestos. El más claro es el de La Pampa, en donde el promedio de regalías es del 22%, con el caso extremo de El Medanito en donde hoy se cobra el 35% y el gobierno de Sergio Ziliotto busca licitarla con las mismas condiciones.

El dato

130
de las 330 áreas convencionales del país se encuentran casi paralizadas por su nula rentabilidad.

En tanto que Río Negro lanzó un plan de extensión de sus campos maduros en el que no contempló reducciones y, por el contrario, sumó fuertes bonos.

“Uno entiende que la situación financiera de las provincias varía y las regalías son parte de sus ingresos pero es hora de que vean que hay bloques que un bajo porcentaje determina si se gana algo o se pierde plata directamente”, planteó Bonatto.

Y destacó “el no convencional tiene un alto retorno pero se necesita empresas con espalda financiera para desarrollar un modelo de factoría. En el convencional hay unas 46 empresas y hay mercado para los dos sectores, pero viendo que no son lo mismo que el shale”.

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