Exasesor de la secretaría de Energía: «El RIGI comienza a dar resultados palpables y no son buenas noticias»

Las principales inversiones necesarias para el salto productivo petrolero de Vaca Muerta estaban en marcha o planificadas sin necesidad de ningún régimen especial ni de promoción fiscal, aduanera o cambiaria.

Las principales obras de transporte, como el oleoducto Duplicar Plus, pronto a ponerse en servicio, que permitirá transportar nuevos 315.000 bbl/día de crudo, impulsando la actual producción de Vaca Muerta a dar un salto del 70% en el término de meses, se ejecutó íntegramente con capital privado y a su propio riesgo, sin necesidad alguna de RIGI.

esta inversión privada es posible sin incentivo alguno por parte del Estado dada la rentabilidad intrínseca de la misma, y del negocio petrolero en general.

El oleoducto Vaca Muerta Sur hasta Punta Colorada que lidera YPF, y que en un par de años generará un impacto aún superior, tampoco requería de ningún incentivo particular, pero, por supuesto que al estar disponible los beneficios de todo tipo que otorga el RIGI, el capital privado no dudó en utilizarlos ya que incrementa aún más sus ya importantes utilidades.

Pero el RIGI establecido en la Ley Bases no generó un esquema equivalente de incentivos fiscales y cambiarios para las empresas nacionales proveedoras de bienes y servicios a los Grandes Proyectos promovidos, y en particular, a los vinculados con la Industria Hidrocarburfera, a excepción de los beneficios aduaneros.

Este desequilibrio, principalmente el costo tributario, hace que la Industria Nacional quede en inferioridad de condiciones de competir con empresas del exterior en la provisión de bienes que las empresas argentinas ya producen y aportan con la tecnología y calidad que exige la actividad petrolera.

Y estas características del RIGI ya se están manifestando concretamente.

YPF acaba de anunciar que los tanques de depósito de crudo que debe construir en Punta Colorada al final del oleoducto Vaca Muerta Sur serán provistos por una empresa texana.

Se trata de un producto metalúrgico que la Industria Nacional fabrica, y provee habitualmente a la Industria Petrolera. Empresas Neuquinas, Rionegrinas, Pampeanas o Santafesinas tienen capacidad y experiencia en la producción y montaje de este tipo de tanques, que en virtud del tipo de promoción y beneficios que el RIGI otorga a ese proyecto, ahora proveerá una empresa texana.

Como antes expliqué, la concreción del Oleoducto Vaca Muerta Sur no necesitaba de un régimen como el RIGI. Se hubiera ejecutado de todas maneras, pero, en este caso, el tancaje lo hubiera fabricado, montado y provisto una empresa nacional.

El modelo que utiliza el RIGI para promocionar grandes inversiones desvincula la posibilidad de promocionar simultáneamente el desarrollo de la Industria Nacional y local a la par del desarrollo de la actividad impulsada por el proyecto beneficiado.

Es un modelo que impide la sinergia, en el caso de la actividad petrolera, entre el inexorable incremento exponencial de la actividad en Vaca Muerta, y su correlato en el desarrollo de tecnología y producción de bienes en el país que esa actividad requiere.

Nótese con este caso particular que, a costa de ingresos del Estado por reducción de Impuestos (IVA y Ganancias) y de aranceles de Importación, se subsidia a empresas y trabajadores extranjeros que, con su producción, en este caso los tanques; substituirá producción nacional y trabajo argentino, al solo efecto de incrementar las importantes utilidades de las Empresas Petroleras lideres de los proyectos incorporados al RIGI, que de todas formas hubieran ejecutado el oleoducto en cuestión.

(*) Consultora del ex asesor de la secretaría de Energía sobre Oil&Gas y Economía.

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