Vaca Muerta: claves y oportunidades para el proyecto Argentina LNG en el mercado de Brasil

Vaca Muerta impulsará las exportaciones de shale gas a partir de 2027, liderada por Argentina LNG, el proyecto integral de la industria. En este escenario, Brasil emerge como un mercado clave: hay demanda y la corta distancia implicaría un costo de flete competitivo. Se trata de una oportunidad estratégica para ambos países, para pasar de un abastecimiento marginal, a un flujo comercial significativo.

Según el ministerio de Minas y Energía de Brasil, la oferta interna de gas en 2024 fue de aproximadamente 68 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d). De este total, un 68% fue de origen local (46 MMm3/d) y el 32% restante de importaciones (22 MMm3/d). 

Si se hace un doble clic en esos 22 MMm3/d, se ve que 14 MMm3/d fueron provistos desde Bolivia, mientras que los 8 MMm3/d restantes por GNL.

Estos últimos datos son los que abren una oportunidad para Argentina, teniendo en cuenta que las exportaciones de Bolivia a Brasil cayeron casi un 60% entre 2014 y 2024 (por la menor producción de ese país). Pasaron de 33 MMm3/d en 2014 a los mencionados 14 MMm3/d el año pasado.

En números

14 MMm3/d
de gas importó Brasil desde Bolivia en 2024. Un 60% menos que en 2014, por la baja producción del país vecino.

Mientras tanto, cada pico de demanda por altas temperaturas o períodos extraordinarios como la sequía, Brasil los cubre con mayores compras de GNL, que provienen de otros continentes y lo deja vulnerable a los vaivenes de los precios internacionales.

“En los próximos años, Brasil deberá determinar su opción más económicamente viable para garantizar la oferta de gas natural requerida, sobre todo considerando el persistente declino de la producción de gas natural de Bolivia”, indicaron en un informe especial de la consultora Economía y Energía (E&E), que lidera Nicolás Arceo.

Además de la distancia, el costo de flete de un contrato de importación de GNL también varía por la ruta que se realice el envío y es que también se contempla la duración del viaje. Esto último se debe a que los buques, además de abastecerse con GNL, también lo hacen con BOG (Boil-Off Gas) que es el gas natural que se vaporiza del líquido por las temperaturas y presiones elevadas en los tanques de almacenamiento.

Teniendo en cuenta estos elementos, el costo de flete desde otros continentes puede superar los 4 dólares por millón de BTU. Según fuentes de la industria, los costos de flete de GNL en rutas cortas cotizan por debajo de los US$2/Mbtu.

La etapa inicial del Argentina LNG, liderado por el consorcio Southern Energy (SESA), ya tiene la decisión final de inversión aprobada, por un monto de 7.000 millones de dólares. Están comprometidos para poner en funcionamiento desde 2027 el primer buque exportador, Hilli Episeyo, además de realizar nuevos pozos en Vaca Muerta, y un gasoducto exclusivamente dedicado a la exportación.

En paralelo, las empresas ya firmaron el contrato de alquiler por 20 años de un segundo barco licuefactor, MKII, que llegará a las costas de Río Negro en 2028. Se espera que el ducto dedicado esté operativo para abastecerlo antes de su arribo, por eso antes de fin de julio se tomaría la decisión final de inversión.

Entre ambos barcos fábrica, se requerirán cerca de 27 MMm3/d, un volumen suficiente no solo para reemplazar las actuales importaciones de GNL de Brasil, como también las que ingresan por gasoducto.

Para tener una referencia, Brasil cuenta actualmente con 7 terminales regasificadoras de GNL, con una robusta capacidad total de 136 MMm3/d y según explicaron desde E&E, cuentan con un “muy bajo nivel de utilización”.

El año pasado, la demanda interna de gas alcanzó un promedio de 66,2 MMm3/d, de los cuales el sector Industrial representó el 59% de esa demanda (38,9 MMm3/d) y el de Generación Eléctrica el 30% (19,7 MMm3/d). El 11% restante se dividió entre el sector de Transporte (4,6%), el Residencial y Comercial (2,4%), y un 0,6% asociado a consumo de gasoductos, pérdidas y otros.

“Argentina tiene varios proyectos de licuefacción y la exportación de GNL hacia el mercado brasileño se vislumbra como la opción más factible, al menos, en el corto y mediano plazo”, agregaron.

La segunda etapa del Argentina LNG corresponde al proyecto anunciado entre YPF y Shell. La intensión de las empresas es que Shell participe desde los pozos de Vaca Muerta, la construcción de otro gasoducto exclusivo y la licuefacción en otros dos barcos aún más grandes. Se espera que las exportaciones comiencen entre 2029 y 2030.

Mientras que la última etapa del Argentina LNG, es también entre YPF junto con la italiana Eni. Por las características de este proyecto podrían comenzar con las exportaciones desde 2028, por esto se espera que la decisión final de inversión se realice antes de que termine el corriente año.

Teniendo en cuenta el avance de los proyectos de GNL en Argentina y su hoja de ruta, es que la exportación de gas por gasoducto pierde en términos de competitividad, ya que requieren de grandes inversores en infraestructura y son dedicados a un solo mercado. Se trata de las rutas a través de Bolivia, Uruguay y Paraguay.

Los actuales gasoductos que vinculan a ambos países permiten, como sucedió en los últimos meses, que el gas de Vaca Muerta llegue por ducto a Brasil. Pero lo hace de forma marginal, con los magros saldos exportables que deja la baja demanda del propio mercado argentino. 

Desde abril, varias empresas argentinas realizaron exportaciones de gas hacia Brasil a través de la red de gasoductos de Bolivia. El país vecino cuenta con una capacidad ociosa en el orden de los 15 MMm3/d. Sin embargo, y tal como consignaron desde E&E, para alcanzar volúmenes significativos, se requieren ampliaciones en la red de transporte del lado argentino que hoy no alcanzan ni para cubrir la demanda total en el norte, durante el invierno.

Existen propuestas para el tendido de nuevos ductos hacia Brasil, sin embargo, están enmarcadas en un contexto más que desafiante. Por un lado, en algunos casos las redes faltantes están en otros países, y por otro, en los períodos en los que Brasil tenga buenos niveles de generación hidroeléctrica la demanda podría ser menor a la esperada, complejizando así la economicidad de esas alternativas y volviendo mucho más atractivo el despacho de GNL. 

Uno de esos casos es la ruta Uruguaiana – Porto Alegre – San Pablo, que requiere de la construcción de un gasoducto de 600 km entre el primer y segundo punto. Requeriría una inversión de unos US$1.200 millones, según estimaciones de la industria.

Además, para alcanzar volúmenes importantes de exportación se deberían concretar ampliaciones significativas en la red de transporte de gas natural de lado argentino.

Otra de las alternativas es llevar el gas argentino a través de Paraguay, aunque sin mayores detalles, se necesita un total de 960 kilómetros de gasoductos nuevos entre los tres países en distintas ubicaciones. “Este proyecto tendría una capacidad inicial de hasta 15 MMm3/d, ampliables a 30 MMm3/d, con una inversión estimada de US$2.000 millones”, precisaron desde la consultora.

Por último, otro de los proyectos contempla utilizar la interconexión existente entre Argentina y Uruguay a través del gasoducto Cruz del Sur, de baja capacidad. También contempla la construcción de 505 kilómetros de gasoductos en Brasil, además de ampliaciones en el tramo existente, con desembolsos también de 2.000 millones de dólares.

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