Informe OPEP: por qué el mundo seguirá dependiendo del petróleo y qué inversiones serán necesarias

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEPpresentó este miércoles la edición 2025 de su informe World Oil Outlook (WOO), en el marco del 9º Seminario Internacional de la entidad, realizado en Viena, Austria. El documento prevé un aumento sostenido de la demanda de crudo a largo plazo y destaca la necesidad de nuevas inversiones para garantizar el abastecimiento energético mundial. En América Latina, Brasil y Argentina se perfilan como actores clave en el crecimiento regional.

“El mundo va a necesitar más energía en las próximas décadas, y para que esté disponible de manera segura, estable y realista, será necesario aprovechar todas las fuentes”, sostuvo el secretario general de la OPEPHaitham Al Ghais, durante la presentación oficial del texto.

En esta 19ª edición, el informe de la organización señala que la demanda mundial de petróleo alcanzará los 123 millones de barriles diarios (mbd) en 2050, frente a los 103,7 mbd actuales, “sin un pico de consumo en el horizonte”. La suba estará impulsada por India, el sudeste asiático, África y Medio Oriente, lo que representa más del 90% de las incorporaciones mundiales hasta 2030.

El futuro de la demanda energética mundial

En su documento, la OPEP estima que la demanda primaria de energía global se incrementará un 23% hacia 2050, pasando de 308 a 378 millones de barriles equivalentes por día, de la mano del crecimiento económico, el aumento poblacional, la urbanización y el desarrollo de otras industrias de energía, como la inteligencia artificial.

En este contexto, la matriz energética seguirá dominada por los combustibles fósiles: el petróleo llevará la delantera con el mayor peso (casi un 30%) y, junto con el gas, representará más del 50% del combo energético en 2050. Por su parte, las energías renovables ganarán participación, pero llegarán al 13,5% del total.

“Las energías tienden a complementarse, y la realidad es que el mundo consume hoy más leña, petróleo, carbón y gas que nunca antes”, señaló Al Ghais.

¿Cuáles son los sectores clave para el crudo, según la OPEP?

Según el análisis de la OPEP, los sectores del transporte, la industria petroquímica y la aviación seguirán siendo los principales impulsores del crecimiento de la demanda global de petróleo en las próximas décadas.

En 2024, el transporte concentró más del 57% del consumo total de crudo, cifra que se mantendría prácticamente sin cambios hasta 2050.

Dentro de este segmento, el mayor incremento se registrará en el transporte automotor, con un aumento estimado en 5,3 millones de barriles diarios (mbd), seguido por la aviación, que sumará 4,2 mbd adicionales.

América Latina: Brasil y Argentina, líderes en la región

Para la OPEP, Brasil y Argentina serán los principales motores del desarrollo energético en América Latina. «Aunque Argentina muestra señales de mejora, enfrenta aún importantes desafíos fiscales, especialmente al inicio del mediano plazo», indican.

Según el informe, la administración de Javier Milei «ha implementado políticas que podrían acelerar la recuperación, pero los elevados niveles de deuda limitan el espacio fiscal para maniobrar». En conjunto, se proyecta que el crecimiento regional alcance un 2,7% en 2025 y 2026, para desacelerarse levemente al 2,5% hacia el final del mediano plazo, con una tasa promedio del 2,6% durante todo ese período.

En el caso de Brasil, la OPEP le dedica un apartado completo y lo ubica como una pieza clave del panorama energético regional. El petróleo representa el 17,2% del PBI industrial brasileño y sostiene alrededor de 1,6 millones de empleos. Según el texto, se proyecta que, en el país, la demanda interna de crudo aumente un 40% hacia 2050.

Con un parque refinador de 18 plantas y una capacidad instalada de 2,4 millones de barriles diarios, Brasil también lidera la transición energética en la región: casi el 90% de su electricidad proviene de fuentes renovables, gracias al impulso de marcos regulatorios como la Ley de Combustibles del Futuro y la regulación del hidrógeno y la captura de carbono, explica la entidad.

Refinación: foco en Asia y Medio Oriente

El informe prevé que entre 2024 y 2030 se incorporarán 5,8 mbd de capacidad de refinación, mayormente en Asia-Pacífico, África y Medio Oriente, que concentrarán más del 90% de las nuevas plantas. No obstante, la OPEP advierte que esta expansión será insuficiente para seguir el ritmo de la demanda, generando un déficit de capacidad de hasta 1,6 mbd en 2030, lo que derivará en mayores tasas de utilización de las refinerías existentes.

A largo plazo, se requerirá añadir 19,5 mbd de capacidad entre 2025 y 2050. El 70% de esa inversión deberá concretarse antes de 2035. “El mercado downstream se va a tensionar progresivamente si no se avanza en la infraestructura necesaria”, advierte el organismo.

Crece el comercio global de petróleo

“Se prevé que el comercio mundial de petróleo aumente casi un 25% para 2050”, explica la OPEP. De acuerdo a estos datos, pasará de 55 mbd en 2024 a 67,5 mbd en 2050. Este crecimiento estará impulsado por la mayor demanda en la zona de Asia-Pacífico.

La entidad estima que el sector petrolero global requerirá una inversión acumulada de 18,2 millones de millones de dólares entre 2025 y 2050 para garantizar el abastecimiento ante una demanda en alza y compensar el declino natural de los yacimientos maduros. La mayor parte de estos fondos, 14,9 millones de millones de dólares (equivalentes a unos 574 mil millones por año), estarán destinados al segmento upstream.

El resto se distribuirá entre los sectores midstream y downstream, que demandarán 2 y 1,3 millones de millones de dólares, respectivamente. “El desafío es enorme. Si estas inversiones no se concretan, puede verse afectada la estabilidad del mercado y la seguridad energética mundial”, advierte el organismo.

Dos caminos posibles: los escenarios alternativos para la OPEP

El informe también contempla dos escenarios alternativos. Uno de ellos, acompañado por el avance tecnológico, proyecta una reducción de la demanda a menos de 107 mbd en 2050 debido a mejoras en eficiencia y sustitución de combustibles. El otro, un escenario de crecimiento equitativo, prevé una mayor prosperidad en países en desarrollo, lo que llevaría la demanda a 130 mbd en 2050.

“El futuro energético no puede planificarse desde una visión única. Debemos considerar todas las tecnologías, todas las fuentes, y todas las realidades sociales y económicas”, concluyó Al Ghais. “Solo así podremos garantizar una transición energética verdaderamente inclusiva y sostenible”, se detalla en el documento.

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