Vaca Muerta resiste, el convencional se hunde: los costos petroleros se disparan en Argentina

La industria petrolera argentina atraviesa un escenario desafiante en 2025, marcado por un fuerte incremento en los costos de extracción (lifting costs) que afecta especialmente a los productores de hidrocarburos convencionales, según un reciente informe de la calificadora de riesgos Moody’s Argentina.

Durante 2024, los costos operativos de las empresas que explotan yacimientos convencionales se incrementaron entre un 30% y 40% interanual, impulsados por la inflación, el aumento en el costo de servicios contratados, transporte, energía, salarios y materiales, en un contexto de apreciación cambiaria. Esta presión sobre los costos se tradujo en una reducción de los márgenes de rentabilidad: el margen EBITDA promedio para este segmento cayó a cerca del 30%, desde más del 40% registrado en 2023.

A pesar de que los precios de venta del crudo fueron un 8%-10% superiores a los de 2023, la caída en la eficiencia y el aumento de los costos superaron esos beneficios. Para 2025, Moody’s anticipa que los márgenes en el segmento convencional podrían mantenerse igual o incluso por debajo de los niveles de 2024, si no se logran eficiencias operativas significativas.

Vaca Muerta resiste con mayor solidez

En contraste, los productores no convencionales —especialmente en Vaca Muerta— muestran una mayor capacidad de adaptación al nuevo entorno. En 2024, la producción de shale oil creció un 28% interanual, apalancada en la elevada productividad de los pozos y en menores costos de extracción. Aunque los márgenes EBITDA también se redujeron (de 50% en 2023 a 45% en 2024), se mantienen por encima de los de sus pares convencionales.

La finalización de obras de infraestructura clave —como el Proyecto Duplicar de Oldelval, la Terminal de Oiltanking y el oleoducto Vaca Muerta Norte— permitió aumentar la capacidad de transporte desde la Cuenca Neuquina a 540 mil barriles por día, despejando cuellos de botella y habilitando un mayor nivel de actividad para las compañías.

La brecha de rentabilidad entre el convencional y el shale

La disparidad en los precios de equilibrio entre ambas modalidades evidencia el desbalance: mientras que los yacimientos convencionales requieren precios que oscilan entre USD 55 y USD 75 por barril (debido a lifting costs que pueden llegar hasta los USD 50 por barril en áreas maduras de baja productividad), los productores de Vaca Muerta operan con precios de equilibrio cercanos a los USD 40-45.

En este contexto, las inversiones en áreas convencionales se ven comprometidas por la caída en los precios internacionales del crudo —entre un 11% y 13% por debajo del promedio de 2024— y por la limitada generación de flujo de caja operativo. La producción de petróleo en cuencas maduras, que ya cayó un 5% en 2024, acumula otro 4% de baja en lo que va de 2025.

CAPEX elevado y financiamiento clave para Vaca Muerta

A pesar de la volatilidad de precios, Moody’s espera que las productoras enfocadas en Vaca Muerta mantengan altos niveles de inversión (CAPEX), financiados tanto por generación de fondos propia como por endeudamiento. No obstante, muchas de estas compañías continuarían operando con flujo de caja libre negativo. Se espera que accedan al mercado de capitales local e internacional a tasas competitivas en el segundo semestre de 2025 para sostener su expansión.

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