Minería: La industria minera impulsa la búsqueda y desarrollo de proveedores para los megaproyectos que se vienen

Con el horizonte de una significativa expansión en la industria minera argentina, la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) tiene en marcha un proceso de identificar, buscar y preparar a los proveedores que estarán a la altura de los megaproyectos metalíferos que se perfilan para los próximos años en diversas regiones del país.

La inminente materialización de estas inversiones, que abarcan desde la extracción de litio en el noroeste hasta el cobre, oro y plata en otras provincias, generará una demanda sin precedentes de bienes y servicios, por lo que se anticipa que esta cadena de valor se extenderá mucho más allá de la maquinaria pesada y los equipos especializados.

En una presentación que realizaron la directora ejecutiva de CAEM, Alejandra Cardona, y el jefe de Economía de la entidad, Nadav Rajzman, esa demanda inédita para la Argentina por su magnitud incluirá productos y servicios de distinto tipo según la etapa en que avance el proyecto.

Anticipando la envergadura de este desafío y la oportunidad que representa, la industria reconoce la necesidad de fortalecer y expandir su red de proveedores. El objetivo es asegurar que la industria minera argentina cuente con aporte competitivo a nivel global, con empresas innovadoras y que operen bajo estándares de calidad, eficiencia y sustentabilidad.

La diversificación de estas necesidades abre un abanico de oportunidades para empresas de todos los tamaños y sectores. En exploración y desarrollo, los requerimientos se centran en conocimiento intensivo y tecnología aplicada como actividades núcleo, con especificación en estudios geotécnicos, perforaciones y equipos, análisis de muestras, modelizaciones y estudios técnico-económicos.

Ya en la etapa de construcción, que con la anterior complementa períodos de unos 10 a 15 años según la magnitud de la mina, crece la demanda de ingeniería, movilización de materiales y movimiento de suelos, con especificidad de servicios de ingeniería, topografía, dirección de obra, alquiler de equipos, materiales de construcción y equipamiento especializado como cintas, chancadoras, bombas, molinos, etc.

Finalmente, la operación de la mina, que ocupará al menos 30 años de actividad y de demanda continua de proveedores, se centrará en mantenimiento de equipamientos, reemplazo de partes, insumos y servicios, a través de servicios y bienes en reactivos químicos, consumibles, servicios de mantenimiento, logística y catering entre los principales de un proyecto metalífero típico.

Así, la entidad identificó con sus asociados que la industria minera le compra al sector manufacturero a numerosos rubros, de los cuales se destaca la industria manufacturera (20%), construcción (17%), comercio (11%), servicios profesionales (10%), petróleo y gas (8%), transporte y logística (7%), servicios para la minería (4%), hoteles y restaurantes (3%), y al menos una decena más de rubros muy diversos.

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Uno de los datos más destacados por CAEM es que el 80% de los proveedores son de origen nacional. Para las empresas mineras, esta preferencia por el abastecimiento local, en lugar de importar bienes o contratar servicios del exterior, obedece a condicionantes clave.

En todas las etapas de un proyecto, pero especialmente durante la fase de operación, el precio es un factor determinante, por lo que la cercanía de los proveedores nacionales a menudo permite una mayor competitividad en costos.

Además, un aspecto crucial es el cumplimiento de los requerimientos técnicos. Dada la naturaleza de la industria minera, que es altamente intensiva en tecnología y capital, los estándares suelen ser significativamente más elevados que los mínimos establecidos por las legislaciones nacionales y provinciales. Los proveedores locales que logran cumplir con estas especificaciones avanzadas se convierten en socios estratégicos para el desarrollo de los proyectos.

También es muy valorado por los contratistas la seguridad de abastecimiento, lo que fortalece la decisión de compra por la necesidad de cumplir plazos y entregas que podrían significar pérdidas enormes al obligar a detener algún proceso de la operación, además de la flexibilidad de respuesta, la capacidad de adaptarse a necesidades cambiantes con el conocimiento del clima, el terreno y las costumbres de cada provincia.

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