El oro de Santa Cruz y Vidal, tras el RIGI extendido

(El Calafate, enviada especial) «Claudio vino a trabajar». Sonó a elogio por la larga permanencia del gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, en Argentina Mining Sur 2025 en El Calafate. No hizo como otros mandatarios que dicen sus cosas, cortan la cinta y se van con sus asesores y patovicas. El mandatario tuvo largas y no tan largas parrafadas con las mineras de oro que trajeron aquí su cuadro ambivalente y la confesión de que si no fuera por la onza a más menos US$ 3.000, ya habrían cerrado.

Vidal no dejó de desplegar su speach político y electoral. Los mineros saben de qué se trata. Lo importante de la jornada fue la alianza de intereses con el Macizo del Deseado de oro y plata. CLUBminero, a través de esta periodista, vibró con la cuerda de tres compañías, de diverso volumen, en el panel «Oro y plata: el desafío de la continuidad productiva».

Los directivos Tito Cacho (Newmont – Cerro Negro), Néstor Rigamonti (Minera Santa Cruz – San José) y Verónica Nohara (Minera Don Nicolás), hablaron en diversos tonos de la necesidad de mayor eficiencia en costos y productividad, del RIGI extendido que nunca llega, de retenciones y de otras cosas.

El debutante en público Tito Cacho fue muy solvente al describir el presente de Cerro Negro. El peruano líder de Newmont asumió hace apenas tres meses la conducción de la mina en Santa Cruz y encontró -en sus palabras- una operación madura, golpeada por incidentes graves de seguridad y con producción por debajo de su potencial. “Seguridad es la base de todo, es el valor más importante para Newmont y para mí en lo particular”, dijo. Desde entonces, la compañía invirtió US$ 14 millones en sistemas de seguridad y tecnología, incluyendo monitoreo de aire y geotecnia, perforación y operación tele-remota. Además, implementó el programa global “Siempre Seguro”, que busca un cambio cultural en la forma de trabajo. En paralelo, Cacho planteó la necesidad de mayor eficiencia en costos y productividad, pero advirtió que la Argentina atraviesa un momento estratégico: La Argentina está en un momento muy emocional como minero. Me recuerda mucho al Perú de hace 20 años y a Chile un poco más atrás. Están en ese momento de inversión: tienen súper proyectos y empuje al cobre”El desafío, subrayó, es que la provincia y el país logren subirse a esa ola con reglas claras e incentivos adecuados.

Nestor Rigamonti describió la situación de Minera Santa Cruz con crudeza: la producción de San José cayó un 30% en los últimos cinco años y enfrenta costos estructurales elevados. “La mina está claramente madura y eso impacta en la productividad”, sostuvo. El otro obstáculo son las retenciones: “Se había difundido la idea de que toda la producción minera estaba exenta de derechos de exportación. Eso es real para la mayor parte, lamentablemente no es así para lo que produce Minera Santa Cruz, que es mayormente plataSeguimos pagando derechos de exportación como siempre”. Rigamonti reclamó que esos recursos puedan destinarse a exploración, clave para la continuidad del yacimiento. Al mismo tiempo, destacó logros en seguridad (más de 2,5 millones de horas-hombre sin accidentes), gestión ambiental y clima laboral, con certificación  y baja rotación de personal. “Desearíamos poder contar con esos recursos para volcarlos a la exploración, pero depende de los tiempos políticos y eso se nos escapa un poco”, concluyó.

Verónica Nohara subrayó que en Don Nicolás la operación se encuentra en un proceso de expansión hacia mina subterránea, con más de 100 nuevos puestos de trabajo en el último mes y medio. La compañía reinvierte el 100% de su producción en ampliaciones y exploración, con un gasto anual cercano a los U$S 7 millones y una planta de lixiviación en pila inaugurada a fines de 2023 con una inversión de U$S 45 millones. Sin embargo, el mayor desafío es la competitividad: Si no tuviéramos los valores actuales que tiene el oro, muchas de las empresas que hoy estamos operando no estaríamos superando, admitió.

En ese contexto, reclamó políticas claras de incentivo a la exploración: “Necesitamos para extender la vida útil de todos los proyectos explorar más. Y para explorar más necesitamos atraer más inversiones. La única manera de hacerlo es mostrarnos un poco más lindos de lo que estamos hoy.» La propuesta de la empresa es concreta: un Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones extendido que otorgue beneficios también a proyectos en operación. Estamos trabajando a nivel Nación con la solicitud de un RIGI extendido para todos los proyectos que ya apostamos al país y a la provincia”, enfatizó.

Un buen y amplio público acompañó la apertura, con presencia tanto de referentes del sector minero como de santacruceños interesados en la temática. El escenario elegido por Javier RoJas y su equipo no pudo ser mejor: El Calafate, un lugar de una belleza imponente que sorprendió a muchos de los asistentes con una temperatura inusualmente amable para esta época del año, tanto como sorprendió la dureza del discurso inicial del gobernador. La incomodidad fue evidente. Vidal dejó clara su búsqueda por reposicionar el debate minero en la provincia.

“La minería no le ha dejado nada a los santacruceños” aunque se ocupó de atribuir esa situación a decisiones políticas equivocadas en los últimos años. «Falta responsabilidad política», agregó. Su mensaje sonó a advertencia: con esta gestión, las reglas deberían cambiar. “Si no damos un giro de 180 grados, vamos a terminar siendo esclavos de los países limítrofes”, dijo.

Para porteños y otros norteños, La villa sureña frente al lago es una postal y el pretexto para conocer nuevas caras en el sector, como Carina Mendoza, la responsable legal de CAPPEMA (Cámara de Proveedores de Insumos y Prestadores de servicios de los Sectores Energético, Minero y Ambiental de la Provincia de Santa Cruz). “Nuestras empresas están profundamente arraigadas en la provincia, generan empleo y tributan acá; no pedimos privilegios, lo que pedimos es prioridad”, dijo como parte de su presentación.

En paralelo, las entidades CAMICRUZ (Cámara de Empresas Mineras de Santa Cruz) y CAPROMISA (Cámara de Proveedores y Servicios Mineros de la provincia), quedaron en un segundo plano justo en el momento de mayor exposición. Así, los caprichos de la agenda marcaron una distancia entre el poder político provincial y las instituciones de más data que nuclean al sector, que se desinfló rápidamente: Vidal permaneció todo el día en la feria, recorrió stands y mantuvo reuniones mano a mano con los principales referentes empresariales. Esa actitud permitió leer su estrategia más como un intento de reordenar la relación desde la política que como un gesto de confrontación abierta. Así lo resaltó el presidente de la CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras), Roberto Cacciola«Santa Cruz necesita repensar su futuro minero. El compromiso de Vidal con la industria es una base importante para trabajar en conjunto y encontrar soluciones y entendemos que mostró interés genuino por abrir un diálogo constructivo con las productoras de la provincia». 

El contexto explica la sensibilidad. Santa Cruz atraviesa un momento delicado para la minería: sus yacimientos de oro y plata están en etapa madura y avanzan hacia el declino, mientras que no aparecen nuevos proyectos para entrar en construcción. Al mismo tiempo, el Gobierno Nacional concentra sus incentivos en iniciativas de cobre y litio en otras provincias. La ausencia de funcionarios nacionales en El Calafate -que sí suelen apersonarse casi con asistencia perfecta en otras provincias- reforzó la sensación de aislamiento.

En este punto se juega la estrategia de Vidal. Su búsqueda de un nuevo rumbo no solo apunta a diferenciarse del gobierno provincial anterior, sino también a marcar posición frente a la administración de Javier Milei. La discusión sobre el RIGI expuso la brecha: mientras los nuevos proyectos de cobre y litio podrían beneficiarse con ventajas fiscales y cambiarias, las minas maduras de Santa Cruz —hoy responsables de la mayor parte de la producción de oro y plata del país— quedaron afuera. Esa asimetría afecta casi exclusivamente a la provincia, y explica el tono del gobernador. La demanda de extender los beneficios del régimen a los productores existentes sería, en definitiva, un salvavidas para Santa Cruz, y por eso Vidal intenta tejer un acuerdo con las empresas para encarar juntos esa negociación.

Queda por verse si el mensaje del gobernador derivará en una agenda con productoras de exploración, fortalecimiento de proveedores y articulación con la Nación, o si quedará en una señal discursiva como tantos en el pasado.

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