Orrego reclamó por Glaciares. Política e inversiones

El gobernador de San Juan, Marcelo Orrego, reclamó la reglamentación de la Ley de Glaciares para acelerar inversiones en la minería del cobre al tiempo que advirtió que
“Un resultado electoral no cambiará el rumbo porque la Argentina no puede perder más tiempo”. Los desafíos de infraestructura y empleo local, y el futuro del cobre en la provincia.

Tras el foro minero organizado por la Embajada de Suecia  en Buenos Aires, habló así con CLUBminero.

—Esta semana se cumplen 20 años de Veladero. ¿Qué representa para San Juan esta mina?
—Por supuesto, un antes y un después. Veladero es una mina de clase mundial, donde miles de personas trabajan directa e indirectamente. En su momento de máxima producción y construcción fue cuando más fuentes de trabajo generó. La economía local se movió, y los sanjuaninos lo sentimos: mejoró la calidad de vida de mucha gente, tanto en la operación como en la administración.

—¿Qué enseñanza deja Veladero para la etapa que viene?
—En San Juan tenemos muy claro quiénes somos. El 83% del territorio son montañas, el 14% desierto y solo el 3% cultivable. Más del 80% de nuestras exportaciones provienen del oro y la cal. Pero también somos el primer productor de aceite de oliva, de pistachos y de tomate industrializado; el segundo exportador de vino; y el primer productor de energía fotovoltaica del país. Todo eso nos da una ventaja: podemos proyectar un desarrollo sustentable. En poco tiempo inauguraremos la primera ruta solar de la Argentina. Nación nos cedió la obra, firmamos un convenio y decidimos transformarla en un emblema de energías limpias. Apenas pase la veda electoral, será una de las primeras obras en ponerse en marcha.

—La infraestructura es uno de los grandes temas pendientes. ¿Qué se necesita para acompañar el crecimiento minero?
—Los fondos específicos para infraestructura se asignan a obras concretas. En San Juan trabajamos junto a las empresas para definir su destino: puede ser un hospital, un camino o un acueducto. Antes se decía “el gobierno hizo tal obra”, pero en realidad muchas venían de la minería. Por eso hay que transparentar siempre la actividad. Y además, creo que el concepto de “licencia social” debe evolucionar hacia un “compromiso social”. La minería tiene que comprometerse con su gente. Para mí, el verdadero desafío es que haya trabajo, que no haya desarraigo y que se mejore la calidad de vida.

—¿El empleo local sigue siendo prioridad?
—Claro que sí. Y junto con eso, el desarrollo de proveedores. Hay que sumar valor agregado. Pero también hay que ser realistas: los proyectos que se vienen son tan grandes que no solo van a desbordar San Juan, sino también a la Argentina. Algunos hablan de inversiones de más de 15 mil millones de dólares en un solo proyecto. Lo importante es ser inteligentes para que la actividad no se frene y para que haya apoyo a los trabajadores y a las empresas.

—¿El próximo gran proyecto de cobre será sanjuanino?
—Eso depende en gran medida de la reglamentación del decreto de la Ley de Glaciares. Es una definición que deberá tomar el presidente con su equipo. La ley ya está aprobada, pero falta definir la estrategia para implementarla.

—¿Esa reglamentación es clave para que lleguen las inversiones?
—Sí, es probable. Hoy hay cierta estabilidad macroeconómica, hay seguridad política, y el RIGI vino a fortalecer la Ley de Inversiones Mineras. La baja del cepo también fue fundamental. Tenemos un marco jurídico sólido, pero falta ese decreto reglamentario para que las empresas puedan desplegar todo su potencial y acelerar el ritmo de inversión.

—¿Las elecciones de octubre pueden influir en la reglamentación de la Ley de Glaciares o en la gobernabilidad?
—No lo veo así. No creo que el resultado electoral cambie ese rumbo. La Argentina no puede perder más tiempo. Hoy hay un presidente, y a él le toca conducir el avión. Espero que le vaya bien, porque si le va bien al presidente, nos va bien a todos los argentinos. No estoy en su mismo espacio político, pero eso no significa que quiera que fracase. Todo lo contrario: necesitamos que las cosas funcionen.

—Se anunció la posibilidad un préstamo de la Agencia Francesa de Desarrollo. ¿De qué se trata?
—Sí, hubo una reunión en la embajada de Francia. La Agencia Francesa de Desarrollo manifestó su interés en financiar una estación transformadora entre Rodeo, Jachal y La Rioja, por 400 millones de dólares. Es una buena noticia, porque estar en condiciones de recibir financiamiento internacional es una señal de confianza. Y eso, en este contexto, vale mucho.

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