El precio del oro superó la barrera de los $4,200 por onza el miércoles 15 de octubre, marcando un nuevo récord histórico impulsado por la combinación de expectativas de recortes de tasas de interés en Estados Unidos y las persistentes tensiones geopolíticas que aumentan la demanda del metal como activo de refugio.
El oro avanzó hasta los $4,217.95 por onza. Los futuros del oro en EE. UU. también registraron un alza hasta los $4,235.80. La racha alcista del metal precioso se explica por varios factores: la anticipación de que la Reserva Federal (Fed) aplicará otro recorte de tasas este mes, lo que resta atractivo al dólar; el recrudecimiento de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, que avivan la aversión al riesgo; y las compras récord de oro por parte de los bancos centrales que buscan diversificar sus reservas.
Con las ganancias de esta jornada, el oro ha acumulado un aumento del 58% en lo que va del año. Analistas de mercado se mantienen optimistas, con algunos proyectando que el precio podría dirigirse hacia los $5,000 en el futuro cercano, aunque no descartan una corrección temporal.
Impacto en las economías regionales
El aumento en el valor del oro tiene un efecto multiplicador positivo en las regiones mineras. La escalada de precios expande significativamente los márgenes de ganancia de las empresas productoras, lo que a su vez estimula un aumento en la inversión destinada a la exploración y el desarrollo de nuevos proyectos.
Esta mayor actividad minera impulsa el empleo local y genera una demanda robusta para las cadenas de suministro regionales, incluyendo servicios de transporte, logística y construcción.
En términos fiscales, un precio del oro más alto incrementa las regalías e ingresos tributarios que reciben los gobiernos locales y nacionales, fortaleciendo la economía provincial con nuevos recursos.