La presidencia brasileña presentó un borrador final de consenso en la COP30 en Brasil este viernes que no contiene referencia al abandono de los combustibles fósiles, lo que provocó la reacción de la Unión Europea y de varias delegaciones latinoamericanas. El texto, difundido a última hora, omitió la palabra “fósiles” en su cuerpo principal y abrió una crisis negociadora a pocas horas del cierre.
Más de veinte países firmaron la llamada «Declaración de Belém», impulsada por Colombia, en la que se comprometen a «trabajar colectivamente hacia una transición justa, ordenada y equitativa» para dejar atrás los combustibles fósiles. La ministra colombiana de Ambiente, Irene Vélez, pidió que la cumbre concluya con una hoja de ruta clara y anunció que Colombia organizará los días 28 y 29 de abril en Santa Marta una conferencia internacional para impulsar la descarbonización.

La omisión profundizó la división entre delegaciones. El presidente de la conferencia, André Correa do Lago, reconoció que el tema divide a países grandes productores y a quienes piden una salida firme de esas energías. En contraste con el apoyo público del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a una hoja de ruta, delegaciones como China, India, Arabia Saudita, Nigeria y Rusia rechazaron la propuesta, según negociadores presentes.
Presión internacional
La Unión Europea calificó el borrador de inaceptable y desplegó gestiones para reforzar la ambición en mitigación dentro del texto. Varios ministros europeos advirtieron que preferirían no aprobar ningún documento antes que respaldar uno que suprima referencias cruciales sobre hidrocarburos.

Una carta firmada por cerca de treinta países solicitó a la presidencia que revise el texto antes de someterlo a votación y reclamó garantías para una transición justa. En la misiva los firmantes señalaron que, tal como está, el borrador no cumple las condiciones mínimas para un resultado creíble en la COP y lo calificaron de “de tomar o dejar”.
“El texto actual es inaceptable”, dijo Wopke Hoekstra, comisario europeo de Clima y advirtió que no descartó que la COP30 termine sin acuerdo si no se incorpora una hoja de ruta para el abandono de los combustibles fósiles. A su vez, la ministra española de Transición Ecológica, Sara Aagesen, consideró insuficiente la propuesta y dijo que aún hay tiempo para mejorarla.
Incidentes en la cumbre
La cumbre, la primera realizada en la Amazonía, sufrió además incidentes logísticos que tensionaron las jornadas finales. Un incendio en el Parque da Cidade, donde se montaron pabellones, perforó parte del techo de lona y obligó a evacuar instalaciones.
Unas veinte personas recibieron atención por intoxicación por humo y las sesiones plenarias se reanudaron tras los controles de seguridad. La presidencia brasileña y la ONU pidieron a las delegaciones retomar las negociaciones con determinación y solidaridad.
También se registraron protestas indígenas que vulneraron el dispositivo de seguridad y quejas por filtraciones de agua en las instalaciones. Simon Stiell, jefe de la ONU para el Clima, remitió una queja por la seguridad, mientras que el ministro brasileño de Turismo, Celso Sabino, defendió la organización y sostuvo que el incendio podría haber ocurrido en cualquier lugar del mundo.
La disputa sobre el texto y los incidentes técnicos dejaron la COP30 en un punto incierto a pocas horas del cierre. Delegaciones y bloques negociadores continuaron las conversaciones con el objetivo de alcanzar un consenso, mientras aumentaba la posibilidad de una extensión de la cumbre o de concluir sin un acuerdo que incluya una hoja de ruta para el abandono de los combustibles fósiles.