Bolivia pide una cumbre regional para permitir que Argentina exporte gas a Brasil

La decisión de Sergio Massa de impulsar la reversión del gasoducto Juana Azurduy para poder exportar gas a Brasil, encendió las alarmas en Bolivia que no está cómoda con la idea que le salga un competidor que le dispute su principal comprador de gas.

Ese gasoducto fue planificado para importar gas de Bolivia, pero el boom de Vaca Muerta no sólo asegura el autoabastecimiento de la Argentina sino que permite exportar gas a precios super competitivos a San Pablo, el corazón industrial de Brasi. Por eso, una vez concluido el gasoducto Néstor Kirchner, ahora Massa quiere avanzar con «el reversal», lo que quiere decir invertir la dirección en la que viaja el gas por el ducto para ir desde Bolivia a Brasil.

La decisión está tan avanzada, que Massa anunció que en 15 días se abre la licitación para el inicio de esa obra. «Ya no vamos a importar el gas de Bolivia. El norte argentino va a estar alcanzado por el gas de Vaca Muerta porque en 15 días licitamos el gasoducto reversal del norte para poder empezar a pensar no solo en que el norte argentino reciba el gas de Vaca Muerta sino que ademas desde ahí podamos exportar a Chile y desde Bolivia podamos exportar a Brasil», dijo el ministro en la inauguración del gasoducto de Vaca Muerta.

Bolivia reaccionó de inmediato. El ex ministro de Hidrocarburos de ese país, Alvaro Ríos Roca, afirmó que para que se concrete la reversión del gasoducto «se deben alinear tres astros y de por medio está la seguridad de abastecimiento y recuperación de inversiones».

Para que se concreta el reversal se deben alinear tres astros y de por medio está la seguridad de abastecimiento y recuperación de inversiones.

«Los tres países deben facilitar la regulación, ponerse de acuerdo en el mecanismo de peajes, y que la transacción no sean sujeta de cambios o manipulaciones a lo pactado en el tiempo. Nos inundamos la boca con la palabra integración energética. Acá está el desafío lanzado» dijo a LPO el ex ministro andino.

El tema es incómodo para el gobierno de Arce que busca el declino de producción hidrocarburífera y no perder a Brasil como comprador del gas boliviano. De hecho, el declino es tan evidente que la variable de ajuste fue la Argentina: Bolivia incumplió los envíos acordados para desviar gas a Brasil que le paga mejor precios.

La tensión es tan evidente, que este miércoles viajó a Buenos Aires el presidente de Yacimientos Fiscales Boliviano (YPFN), la petrolera estatal de Bolivia, para reunirse con la secretaria de Energía, Flavia Royón.

Armin Dorgathen Tapia, el presidente de YPFB, vino con el declarado propósito de hablar sobre la posibilidad que Argentina exporte gas a Brasil. «Recibí al presidente de YPFB, Armin Dorgathen Tapia, para dialogar sobre el abastecimiento de gas de Bolivia a Argentina. También tuvimos un intercambio sobre la posibilidad de exportar gas a Brasil utilizando la infraestructura de transporte existente en Bolivia», afirmó Royón luego del encuentro.

Mientras tanto, el gobierno avanza con la licitación y en el sector se estima que se podría replicar el modelo exitoso que permitió terminar el gasoducto Nestor Kirchner en tiempo y forma.

En el pliego para la licitación del Néstor Kirchner la condición excluyente fue que se adjudicara a empresas locales. Esto dejó en inmejorable posición al Grupo Techint y Sacde de Marcelo Mindlin, de las pocas compañías con capacidad probada para llevar a cabo una obra de esa envergadura.

En el sector se estima que para la obra del reversal se podría replicar el modelo que permitió terminar el gasoducto Nestor Kirchner en tiempo récord. Los adjudicatarios de la obra fueron el grupo Techint y Sacde de Marcelo Mindlin.

Techint acaba de pagar 141 millones de dólares para tomar el control de Usiminas, la mayor siderúrgica de Brasil, y ahora tendrá el 61,3% de un paquete accionario que comparte con sus socios japoneses. Los caños que se usaron provinieron de esa planta.

La obra del reversal también reaviva el eterno debate entre abastecimiento interno y exportación. Si bien desde el oficialismo se encargan de remarcar que es una conjunción y no una disyuntiva, la prioirzación de uno por sobre el otro resulta ineludible y la discusión quedó expuesta en la inauguración del Nestor Kirchner.

Cristina recordó que cuando se construyó el primer gasoducto argentino en 1949 fue Julio Canesa, pionero de la industria gasífera argentina, quien aconsejó a Perón hacerlo en sentido opuesto al planteado originalmente, dar vuelta la traza «para evitar que las compañías extranjeras desviaran el proyecto para ser utilizado solo para exportar y no fuera aprovechado por la sociedad argentina».

«Mirá que de eso estamos hablando también hoy, queremos exportar pero queremos gas y petróleo para que nuestra industria sea mas competitiva, y gas para que los hogares argentinos porque no es justo que teniendo la segunda reserva del mundo nos quieran cobrar a precio dólar y a precio internacional. Esto también es clave», afirmó.

En efecto, Vaca Muerta es la segunda reserva de shale gas del mundo, pero la falta de infraestructura para el transporte hace que el recurso no pueda ser aprovechado plenamente.

Con gasoducto y todo, Argentina tiene que seguir importando gas natural licuado (GNL) a precios internacionales que actualmente se ubican muy por encima de los valores convalidados por el Estado a las operadoras de la cuenca neuquina hasta el 2028, en el marco del Plan Gas donde ser reconoce una tarifa dolarizada pero dentro de un margen que va de USD 3,5 a USD 5 por millón de BTU.

«El Plan Gas otorga a las empresas un marco de previsibilidad dado que garantiza una rentabilidad medida en dólares que de mínima triplica el costo de extracción del hidrocarburo en la cuenca neuquina», explicó a LPO un ex funcionario de Energía que participó del diseño del programa, que agregó «establece un piso y techo de precios para el gas destinado a consumo doméstico, que queda protegido de la volatilidad de la cotización internacional, la cual se puede disparar, como fue en el caso del conflicto en Ucrania, o también puede derrumbarse por decisión del cartel de países productores».

Durante el 2022 las importaciones de energía superaron los USD 12.000 millones y el año cerró con un rojo comercial superior a los USD 4.400 millones. Pero este año ese rojo bajaría a cero según proyecto el economista Ricardo Arriazu.

Compartir nota:
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Facebook

Contenido exclusivo para socios

¿Todavía no sos socio?