Fracking en Vaca Muerta: se esperan más inversiones y récord de productividad

El escenario del fracking en Vaca Muerta hoy presenta mejores perspectivas ante el anuncio de las nuevas medidas económicas por parte del Gobierno de Javier Milei.

La radiografía del sector actualmente está dada por la cantidad de etapas de fracturas de diciembre, los objetivos fijados para finales de 2024 y el plan de inversiones en un contexto de libre exportaciones y de eliminación de las SIRAS.

Todos estos factores apuntan a un objetivo de máxima: alcanzar las 18.000 etapas de fractura para diciembre de 2024.

Consultado por El EconomistaLuciano Fucello, presidente de la Fundación Contactos Energéticos y Country Manager en NCS Multistage, aseguró que estas proyecciones son posibles en la medida que se den ciertos factores clave.

Pese a que en diciembre pasado hubo una leve disminución de las fracturas (1.125), fue un año donde se rompió el récord mensual dos veces y se llegó en 2023 a la cifra de 14.722 fracturas, una marca récord que significó un incremento de 17,6% respecto al año anterior.

La marca récord del año se registró en septiembre cuando las operadoras realizaron 1.398 etapas de fractura, el mejor desempeño desde agosto de 2022 cuando se realizaron 1.379 etapas.

Fucello explicó que la leve caída de la actividad del fracking en diciembre se debió a diversas cuestiones: incertidumbre electoral, presupuestos limitados por la época del año y un dato operativo en YPF (que realiza el 50% del fracking en Vaca Muerta) donde el ritmo de terminación de las fracturas fue más rápido que el ritmo de perforación de pozos. De este modo, de los cinco sets de fractura solo operaron dos, dando de baja a tres equipos: dos de ellos de Halliburton y otro de la empresa Schlumberger.

En lo que respecta al salto de la actividad y de los planes de 2024 para el fracking, Fucello explicó que la meta es pasar de las 14.233 etapas en 2023 a más de 18.000 este año, lo cual representa un incremento de más del 20%.

Pero, aclaró que este escenario estará supeditado a lograr varios desafíos: superar niveles de inversión y a la cantidad de equipos disponibles.

«Ahora están faltando al menos 5 equipos de perforación. Hay que ser muy eficientes con los equipos de terminación de fractura actuales para completar las 18.000 etapas de fractura. Sólo YPF tiene esa condición«, señaló.

En el caso de importar ese equipamiento cada uno tiene un costo de US$ 50 millones, lo cual representa un gasto muy importante para cualquier empresa se servicio petrolero donde los tiempos de repago superan los 10 años.

«La otra opción -según relató Fucello- es tomar equipamiento de otras áreas existentes por ejemplo para darle prioridad a Vaca Muerta. La principal cuestión es dar señales a los inversores extranjeros para la libre disponibilidad de divisas y eso generaría confianza en este tipo de decisiones de traer al país este tipo de equipamiento».

Para poner a Vaca Muerta en perspectiva para mediano plazo se espera llegar a los 400.000 barriles de producción diaria para 2024; más de 600.000 barriles para 2025 y más de 1 millón de barriles para el año 2030. El desafío parece ambicioso pero es posible.

«Este será un año de transición. Todo lo que se haga hoy es para dar el gran salto para los próximos cinco años», señaló Fucello.

La decisión del Gobierno de Milei de liberar las exportaciones trajo aparejado un nuevo escenario en la industria Oil & Gas. 

«Hasta hace poco toda la industria se peleaba por contar con permisos de exportación en un mercado ultra regulado. Este cambio de rumbo pone a la Argentina en el radar de las opciones de países interesantes para poder invertir, sin cepo y sin barril criollo y con precios más cerca de la paridad de exportación», subrayó.

Asimismo, el experto consideró que el fin de las SIRAS y la libre importación de productos relaja toda la tensión que hubo el año pasado donde continuamente estaba en riesgo la paralización de las operaciones en Vaca Muerta por falta de insumos.

La contracara de esto seguramente se verá reflejada en precios más altos y un proceso de renegociación entre privados.

«Vemos más inversión este año frente al nuevo rumbo económico. Esperamos el gran salto de productividad para 2025. Y en la segunda mitad de este año debería ser una bisagra para lo que viene en materia de producción y evacuación de todo ese crudo», remarcó.

La mirada de Fucello coincide con la mayoría de los empresarios de la industria. Todas las medidas que se están dando son para facilitar el aumento de la actividad del fracking en Vaca Muerta.

No obstante, el gran riesgo para el país sigue siendo la extremada precaución que aún tienen los inversores internacionales que a esta altura de las circunstancias ya ha  entendido que Argentina es un país cíclico y que no resulta atractivo cambiar las reglas de juego cada cuatro años.

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