El proyecto de infraestructura de US$2500 millones que lidera YPF entró en la etapa final para que comience su construcción. Se trata del oleoducto que conectará Vaca Muerta con el puerto Punta Colorada, en Río Negro, donde también se construirán la planta de almacenamiento y la terminal portuaria que permitirán duplicar las actuales exportaciones de petróleo argentino.
Hay al menos tres empresas confirmadas que se sumarán al proyecto. Son las locales Vista, Pampa Energía y Pan American Energy (PAE), y en los próximos días se agregará una cuarta, que podría ser Tecpetrol. En la industria todavía están a la espera de que las productoras internacionales también se decidan por ingresar.
La obra cambiará la matriz energética argentina. Hoy la principal limitación al crecimiento de Vaca Muerta es la falta de evacuación del petróleo, lo que obliga a las empresas a tapar pozos perforados o a enviar el crudo por camiones hasta Bahía Blanca, lo que implica un mayor costo logístico. La Argentina produce 690.000 barriles diarios, de los cuales consume localmente 485.000 y exporta 205.000.
En el último año, se avanzó con las obras para poner en funcionamiento nuevamente, después de 17 años, el oleoducto Trasandino, que conecta Neuquén con Chile y tiene capacidad para exportar 100.000 barriles diarios. Asimismo, se puso en marcha la ampliación del ducto de Oldelval, que conecta Vaca Muerta con Bahía Blanca, lo que permitirá incrementar el transporte de los 345.000 barriles diarios actuales a 540.000, el año próximo.
Las obras permitirán ampliar la capacidad de evacuación de Vaca Muerta a 750.000 barriles diarios a partir del año próximo. Sin embargo, el potencial de producción de la cuenca neuquina implicó que se ponga en marcha el oleoducto Vaca Muerta Sur, que entraría en funcionamiento en la segunda mitad de 2026, posibilitando enviar 180.000 barriles en una primera etapa.
El objetivo de YPF es que el 15 de noviembre empiecen a moverse las máquinas para comenzar con la obra. La petrolera ya tiene avanzada la compra de los caños y próximamente adjudicará la construcción. Hubo al menos siete empresas constructoras que presentaron ofertas para hacer la obra. Entre ellas están la sociedad Sacde-Techint; la internacional Pumpco, subsidiaria de la estadounidense MasTec (dueña del club de fútbol Inter Miami) y BTU.
YPF, a su vez, está en negociaciones con otra empresa internacional, Energy Transfer, para que se haga cargo de la operación del ducto. Se trata de una de las compañías de midstream (transporte) más grandes de Estados Unidos, con activos en 44 estados y oficinas en Pekín y Ciudad de Panamá.
Más allá de que el Gobierno lanzó el régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI), que le da facilidades cambiarias e impositivas a las empresas que desembolsen más de US$200 millones, las compañías internacionales todavía miran con preocupación la permanencia del cepo cambiario. Por eso, las negociaciones para ingresar al proyecto demoran más tiempo, ya que implica un trabajo de convencimiento mayor con los directores de sus casas matrices.
“El cepo es una de las medidas que cuanto más rápido el Gobierno elimine, mejor. El cepo no existe en ningún lugar del mundo, o hay muy pocos lugares donde eso existe. Es otra distorsión más de la economía argentina, que cuanto más rápido salgamos, mejor”, dijo la semana pasada el presidente de Shell en la Argentina, Germán Burmeister.
“Las condiciones para invertir no son malas, pero no tener total disponibilidad sobre el capital va a trabar las inversiones”, dijeron en reserva en otra petrolera internacional, que también podría sumarse al proyecto de YPF.
En mayo, YPF comenzó la construcción de los primeros 130 kilómetros del oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS), que implicó una inversión de US$200 millones. El primer tramo se extiende entre las localidades de Añelo, en Neuquén, y Allen, en Río Negro, donde se conectará con el sistema de Oldelval, que es la empresa que opera el único ducto que transporta el petróleo hasta Bahía Blanca, desde donde hoy salen las exportaciones del no convencional.
El próximo mes, YPF adjudicará la construcción del tramo del oleoducto que conectará Allen con Punta Colorada. Tendrá una longitud de 440 km, implicará una inversión de US$2500 millones y permitirá transportar en la segunda mitad de 2026 alrededor de 180.000 barriles diarios. El plan implica instalar a lo largo de los próximos años nuevas plantas de bombeo para incrementar la capacidad de transporte a 500.000 barriles diarios para 2027 y a 700.000 para 2028.
El VMOS será una infraestructura dedicada exclusivamente a la exportación y su terminal estará ubicada a través de una monoboya en el puerto de aguas profundas, que permitirá la llegada de los buques grandes llamados VLCC (Very Large Crude Carrier), que transportan alrededor de 2 millones de barriles.
Además de bajar las tarifas, este barco abrirá nuevas oportunidades de mercados internacionales para todas los productores argentinos, como el mercado asiático.
A los valores actuales del barril de petróleo, de US$72, la cotización Brent que se toma de referencia en la Argentina, cada buque VLCC exportado implicaría ingreso de divisas por US$144 millones al país.