En julio de este año YPF confirmó que Punta Colorada (en Río Negro) sería la ubicación de la Planta de Gas Natural Licuado (GNL) que la empresa encabezada por Horacio Marín impulsaba junto a Petronas, desestimando el Puerto de Bahía Blanca para la inversión.
La decisión respondió a una maniobra del Presidente Javier Milei para castigar al Gobernador Axel Kicillof por su rechazo al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) y produjo revuelo tanto en el mundo empresario como el político.
Es que en los últimos días se conoció que la petrolera malaya no está dispuesta a financiar la obra tras el cambio de ubicación. YPF dio a entender esta situación asegurando que el proyecto se llevaría adelante incluso si Petronas decide salirse, algo que también manifestó Alberto Weretilneck al señalar sobre el proyecto: “Veremos si es con Petronas o no y veremos los cronogramas de inversión”.
A esto se suman los dichos de quienes conocen cómo se desarrollan las negociaciones y que manifestaron al portal Perfil que la firma malaya expresó que no tiene intenciones de instalarse en Río Negro.
Según una de las fuentes, “se tomaron muchas decisiones sin comunicarles a Petronas” y advirtió que “son muy celosos de la comunicación y se enteraron por los diarios de que el Gobierno iba a querer trasladar la planta de licuefacción a Río Negro”.
Aunque aclaran que la decisión no es definitiva y Petronas tiene hasta noviembre para definir qué proyectos ejecutará, lo cierto es que la incertidumbre en torno al proyecto fue causada por el propio Milei.
Más allá de los dichos de Marín sobre el tema, quien ya había manifestado que se estaba estudiando Punta Colorada como destino alternativo del proyecto, fue el libertario quien explicó las razones por las que se cambiaría la ubicación.
El presidente había asegurado que es “obvio” que el puerto elegido sería el de Río Negro. “¿Vos vas a confiar en un expropiador serial como el comunista de Kicillof?”, comentó al aire del programa de Alejandro Fantino. Además, calificó al gobernador de “lastre”, entre otros improperios.
Sus dichos no fueron bien recibidos por el CEO de la empresa malaya, Tengku Muhammad Taufik. Cabe señalar que Petronas no solo es la cuarta productora de GNL del mundo, sino que además está bajo control estatal.
No solo eso, sino que además China es su segundo principal socio comercial, un país constantemente denostado por Milei justamente por ser gobernado por el Partido Comunista.
Además del trago amargo que significaron sus dichos en territorio malayo, para YPF la decisión también resultó en malas noticias. La empresa argentina acumuló una pérdida del 10,2% entre el viernes y este jueves en la bolsa de valores, y sus acciones cotizan en 27.500 pesos.
Entre tanto, el Gobernador bonaerense, que venía impulsando que se construya el territorio en la Provincia de Buenos Aires, manifestó su preocupación y comentó: “que Milei deje de lado las chicanas y trabaje para que la inversión de Petronas finalmente se produzca“. “Esperemos que no espante a Petronas”, completó.
Algo similar expresó el Ministro de Gobierno Carlos Bianco, quien en conferencia de prensa indicó que “si se retira, el presidente Milei le tendrá que explicar a los accionistas por qué no se estaría llevando a cabo”. “Nosotros queremos que no sea así, porque más allá de la localización que tenga, siempre quisimos que la inversión se haga en Argentina“, agregó.
Otro que criticó la decisión fue Pablo González (presidente de YPF durante la gestión de Alberto Fernández), quien remarcó que “si esto se hubiera tomado como política de Estado, Petronas estaría acá”.
Además, recordó que los técnicos de la empresa malaya “varias veces fueron a Bahía Blanca a estudiar las condiciones logísticas. Incluso se hizo una reserva del terreno del puerto bahiense”.
Por otro lado, recordó la votación del régimen promocional para la exportación de gas natural licuado, un proyecto enviado por la otra gestión para concretar la construcción de la planta de GNL. Al respecto, dijo:
“Se aprobó el marco regulatorio del GNL en Diputados, pese al voto en contra de siete legisladores, entre los que estaba Javier Milei. Daba ventajas a nivel impositivo mucho menores que el RIGI, pero era lo que se necesitaba para que entre la compañía“.
Cabe señalar que Petronas venía negociando con el país desde hacía dos años para cuando se anunció oficialmente la inversión y en septiembre de 2022 las empresas firmaron un memorando de entendimiento y acuerdos de estudios de desarrollo. En paralelo, comenzaron a realizarse reuniones entre ambas partes, con viajes a Argentina y a Malasia.
Entre las principales razones por las que Petronas no ve con buenos ojos el puerto rionegrino es que el Golfo de San Matías tiene una reserva de ballenas. Esto podría resultar en una acción colectiva ambiental que detenga el proyecto.
Esto no sería una novedad, ya que un colectivo de entidades ambientales, sociales y culturales realizaron una presentación ante la justicia para detener la construcción de un puerto petrolero aludiendo a esta situación.
A esto se suma la circulación de crustáceos por la zona durante su ruta migratoria, que complica las intenciones de la empresa de mantener una producción regular de 450 barcos anuales.
El Intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles, también había enumerado varias razones por las que invertir el Puerto bahiense implicaría una ventaja notable. Entre ellas, está la accesibilidad náutica, ya que no existe requerimiento de obras de abrigo ni restricciones climáticas en el municipio.
Esto permite que el Puerto opere prácticamente todos los días del año, a diferencia de la alternativa de Río negro, que operaría entre un 30 y un 40% menos.
El jefe comunal también había destacado que “la implementación del proyecto en Bahía Blanca lo ubicaría además en una ciudad con una conectividad vial altamente superior: cuatro accesos cercanos por rutas nacionales y tres por rutas provinciales“.
Asimismo, la ciudad cuenta con un perfil industrial de gran envergadura y varios proyectos dedicados a agregar valor a los derivados del gas. Bahía Blanca cuenta con “la superficie necesaria, compatibilidad con los usos de suelo, terminales especializadas y experiencia en el sector de oil & gas”, explicaba.
A esto se suma que el Puerto ya cuenta con sistemas de humedales y áreas de conservación, y una evaluación estratégica ambiental que ordena el desarrollo y minimiza el impacto en relación a Punta Colorada.
Ante esta situación, no es sorpresa que Petronas haya advertido al Gobierno de Milei que no descartaban retirarse si finalmente llevaban el proyecto a Río Negro, ya que además los trabajos de pre-factibilidad y ambientales habían sido realizados en Bahía Blanca. Así lo indicó una fuente al tanto de las negociaciones a Perfil.
Desde YPF señalaron que “lo que hay que terminar de ver es en qué lugar se posiciona Petronas respecto de esta inversión”. Por lo pronto, esto se definiría en noviembre y aunque desde la estatal argentina aseguran que en caso de la salida de Petronas, otras empresas tomarían su lugar, lo ambicioso del proyecto permite poner en duda que esto se concrete.
Es que el proyecto posicionaría a Argentina como el quinto productor de GNL del mundo. “Argentina produce 120 millones de metros cúbicos de gas por día. Este plan era tan ambicioso que requería entre 80 y 90 millones de metros cúbicos diarios“, explicó un especialista, “por esto, el país iba a necesitar duplicar su producción, lo que iba a comprometer a todas las empresas del sector”.
Cabe señalar que una de las versiones que circulan sobre la decisión indica que la maniobra de Milei busca allanar el camino para que una UTE ajena a Petronas -con la que tenía diálogos avanzados- se haga con el proyecto.
Este proyecto implicaría construir un puerto para trabajar con buques, aunque sin una planta de licuefacción en tierra.