Por diversos motivos, el precio del petróleo a nivel internacional se transformó este año en una de las inversiones menos rentables. En forma interanual, el barril de Brent de referencia en Argentina, cayó un 4,6% a pesar de haber registrado máximos anuales de USD90 a principios de 2024. No obstante los esfuerzos de la OPEP+ para tratar de evitar una sobreoferta, extendiendo los recortes de suministros hasta mediados del año próximo, Estados Unidos alcanzó un máximo histórico de producción gracias al fracking, como ocurrió en Argentina.
Otros países, como Brasil, también crecieron en exportaciones, volviendo inocua la decisión de la OPEP y de otras diez naciones, entre las cuales se encuentra Rusia.
Pero hay otros factores que alteraron y alterarán el precio del petróleo. Uno de ellos será la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, en enero. Las políticas ya conocidas del futuro mandatario podrían alterar aún más el equilibrio de un mercado extremadamente sensible a cualquier variación.
Aunque prevé que el precio del barril Brent se mantenga en un promedio de USD82 en 2025, Goldman Sachs advirtió sobre un posible descenso hacia los USD60 si los aranceles de Estados Unidos presionan la economía global. Lo propio señaló Citigroup al indicar que las medidas impulsadas por Trump para facilitar la perforación y la exploración en territorios claves podrían «hundir los precios hasta un 20%», llevando el Brent a promediar los USD60 por barril.