Este no será un año más para México, uno de los principales productores hidrocarburíferos de Latam. De hecho, el país gobernado por Claudia Sheinbaum, dio un paso histórico en su desarrollo energético al realizar su primera exportación de gas natural licuado (GNL) en septiembre de 2024. Este acontecimiento marcó el inicio de una nueva etapa para el país, consolidándolo como un actor emergente en el mercado global de GNL.
Según el informe «Mexico NRG Dashboard» de Energy Analytics Institute (EAI, 4Q:2024), este avance técnico y comercial posiciona a México como un potencial proveedor clave para mercados internacionales, especialmente Asia.
El primer cargamento salió de la planta Fast LNG, ubicada en Altamira, Tamaulipas, y operada por New Fortress Energy. Este primer envío consistió en aproximadamente 70 mil metros cúbicos de GNL, equivalentes a unas 47 mil toneladas, transportados por el buque «Energos Princess» hacia Europa. Esta instalación, con una capacidad inicial de 1.4 millones de toneladas anuales (mtpa), utiliza gas natural transportado desde el hub de Agua Dulce en Texas.
Este modelo de integración entre México y Estados Unidos garantiza un suministro confiable, aunque evidencia una fuerte dependencia del gas estadounidense. La expansión de la planta con la adición de una segunda fase, FLNG 2, prevista para 2026, duplicará su capacidad a 2.8 mtpa, consolidando la infraestructura exportadora del país.
Los nuevos proyectos de GNL en México
Paralelamente, México impulsa una ambiciosa estrategia de desarrollo en su costa Pacífica, orientada a atender la creciente demanda de GNL en mercados asiáticos. Proyectos como Energía Costa Azul (ECA), Saguaro Energía LNG y Salina Cruz LNG representan piezas clave en esta apuesta. La ubicación estratégica de estas plantas reduce costos y tiempos logísticos, al evitar el costoso Canal de Panamá.
Energía Costa Azul, desarrollado por Sempra Infrastructure, espera comenzar operaciones en 2026 con una capacidad proyectada de 15.3 mtpa, mientras que Saguaro Energía LNG, liderado por Mexico Pacific Limited, se perfila como el proyecto más grande, con 30 mtpa.
Debilidad y competencia
A pesar de estos avances, los desafíos persisten. Las plantas mexicanas dependen de la continuidad del suministro desde Estados Unidos, además de requerir inversiones significativas en infraestructura y logística. No obstante, la cercanía geográfica y las conexiones comerciales posicionan a México como un probable jugador estratégico en el hemisferio occidental.
Es en este contexto del mercado global del GNL, que Argentina comienza a dar sus primeros pasos destinados a colocar su creciente producción de gas. En ese sentido se destaca el proyecto de Southern Energy en la provincia de Río Negro. Este consorcio, integrado por PAE, Golar, Pampa Energía, YPF y Harbour, contempla la instalación de una unidad flotante de licuefacción (FLNG) en el Golfo San Matías. Con una capacidad proyectada de 2.45 millones de toneladas anuales, equivalente a 11.5 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, se espera que inicie exportaciones en 2027. Este proyecto, con una inversión inicial de 2,900 millones de dólares, busca diversificar las exportaciones argentinas y competir en mercados internacionales.
De hecho, México y Argentina comienzan a competir por el mercado asiático, el mercado de GNL más dinámico del mundo. Mientras México aprovecha su proximidad al suministro estadounidense y su posición logística para exportar desde el Pacífico, Argentina apuesta por sus vastas reservas de Vaca Muerta
El informe de EAI concluyó que el éxito de México dependerá de su capacidad para consolidar una infraestructura sólida, resolver dependencias externas y fortalecer su presencia en mercados estratégicos. Justamente, desafíos similares a los que enfrenta argentina, principalmente en materia de infraestructura y recursos humanos.