La provincia de Neuquén registró en diciembre un nuevo récord de producción de 467.467 barriles de crudo diarios de la mano de Vaca Muerta, un 22,5% más que en el mismo período del año anterior. La formación no convencional se supera día tras día con más inversiones y más actividad. Sin embargo, hay una contracara que por ahora permanece relativamente oculta y tiene que ver con el fuerte crecimiento de los costos en dólares que enfrenta la actividad. Si bien todavía no afecta la sustentabilidad del negocio, ese incremento genera preocupación entre las operadoras.
De la mano de la apreciación del peso, el costo de la mano de obra subió cerca de 45% en dólares durante 2024, según detallaron a EconoJournal fuentes de una compañía líder del sector. Lo mismo ocurre con algunos insumos clave lo que impulso a una de las petroleras líderes a pedirle un descuento del 10% en las tarifas al primer anillo de sus proveedores de servicio de Vaca Muerta.
Ese incremento es consecuencia directa del plan económico llevado adelante por el gobierno de Javier Milei, el cual decidió pisar el dólar como parte de su programa antiinflacionario, lo que generó que ajuste sustancialmente menos que el conjunto de los precios de la economía. De hecho, la inflación en 2024 trepó 117,8%, mientras que el dólar oficial subió apenas un 25% y el dólar blue un 19%.
A raíz de esa política cambiaria, los dólares que les ingresan a las petroleras fueron perdiendo poder de compra. Eso es porque, por ejemplo, si bien los salarios perdieron contra la inflación al mismo tiempo le ganaron al dólar encareciéndose en moneda dura.
Qué dicen los proveedores
La intención de las petroleras es reducir costos renegociando algunas tarifas con los proveedores, pero del otro lado del mostrador las empresas también enfrentan una realidad con claroscuros.
La estabilización de las principales variables económicas les permitió mejorar su planificación de costos y precios, lo que se traduce en una mayor eficiencia al momento de presupuestar servicios a mediano y largo plazo. A su vez, la eliminación del Impuesto PAÍS también permitió aliviar la carga financiera de las empresas y mejorar sus márgenes de rentabilidad.
La mayor certidumbre macroeconómica ha facilitado también el acceso al crédito, generando un entorno más favorable para la inversión productiva. Sin embargo, a pesar de contar con una tasa de referencia del 32% anual y un esquema de devaluación controlada del 1% mensual (crawling peg), el costo del financiamiento en el mercado local, medido en dólares, continúa siendo elevado para inversiones en bienes de capital.
Por otra parte, todavía hay cuestiones clave que siguen pendientes de resolución. Por ejemplo, continúa vigente la restricción que impide el pago de deudas comerciales por importaciones realizadas antes de diciembre de 2023. Esta medida ha generado un significativo stock de deuda que ha obligado a numerosas empresas a recurrir a los mercados financieros alternativos para poder cancelar sus compromisos, enfrentando pérdidas que oscilan entre el 15% y el 100% en dólares, dependiendo del momento en que accedieron al dólar financiero. Las empresas que cuentan con la estructura y respaldo internacional han optado por financiarse a través de sus casas matrices, pero esa alternativa no ha estado exenta de costos, ya que debieron asumir tasas de interés en dólares que impactan directamente en su rentabilidad y competitividad.
A su vez, las empresas en Argentina solo pueden realizar pagos por adelantado de importaciones de bienes de capital hasta un 20% del valor total y aquellas firmas que no cuentan con financiamiento externo deben recurrir a los dólares financieros que resultan más caros en comparación con el tipo de cambio oficial, incrementando sus costos y afectando su competitividad.
Las empresas no pueden aplicar en Aduana los certificados de exclusión de retenciones y percepciones de IVA. Por lo tanto, sufren una doble carga impositiva: por un lado, se les retiene el IVA al momento de cobrar la venta de sus bienes o servicios, y por otro, deben afrontar el pago del 21% de IVA junto con un 20% adicional cuando realizan importaciones de bienes. Para aquellas compañías que se encuentran en proceso de inversión y acumulan un importante saldo de crédito fiscal de IVA, la normativa vigente les permite solicitar un certificado de exclusión de retenciones, pero fuentes de las compañías resaltaron que, aunque dicho certificado sea aprobado, no es oponible en Aduana hasta junio de 2025. La falta de liquidez derivada de esta restricción limita la capacidad de inversión y crecimiento.
Por último, desde una empresa proveedora de servicios dijeron que, si bien es cierto que el costo laboral ha venido subiendo en dólares, el porcentaje varía de modo significativo si se toma un promedio anual o se compara mes contra mes. “Al calcular un promedio anual, las fluctuaciones mensuales, como variaciones estacionales, ajustes salariales puntuales o fluctuaciones cambiarias, tienden a suavizarse. Esto significa que los incrementos aparecen más amortiguados, ofreciendo una visión más estable y de largo plazo de los costos laborales”, remarcaron a EconoJournal.