La geopolítica está en el centro de la escena. El mercado del GNL se rige por la confianza que puedan dar los proveedores y Argentina, pese a que los proyectos están en su primera fase, puede ser un gran aliado para la demanda energética que tendrán Europa y Asia. Vaca Muerta mira atenta a los pasos que dan las autoridades.
Una buena señal provino del viejo continente. La Comisión Europea dio a conocer el miércoles su Plan de Acción para una Energía Asequible, cuyo objetivo es reducir las facturas industriales y domésticas en decenas de miles de millones de euros y acelerar la descarbonización de los mercados eléctricos.
Proveedores confiables
Según informó Reuters, la Comisión pretende ahorrar a los europeos 45.000 millones de euros (47.250 millones de dólares) en 2025 y 260.000 millones de euros (273.030 millones de dólares) en 2040.
Asimismo, las autoridades informaron que estudiarán la posibilidad de invertir en proyectos de gas natural licuado (GNL) en el extranjero como parte de los planes para «comprometerse inmediatamente» con proveedores fiables para tratar de reducir los precios de la energía.
Además, tratará de agregar la demanda de GNL de las empresas europeas para ayudarles a conseguir acuerdos a largo plazo como refugio frente a la volatilidad a corto plazo.
En este sentido, la Comisión recomendará a los Estados miembros que reduzcan los impuestos sobre la electricidad y aumenten el control de los mercados del gas.
Shale gas para todos
El GNL es la gran apuesta de la industria hidrocarburífera para monetizar a gran escala las reservas de Vaca Muerta. Las dudas para desarrollar los proyectos están puestas en los costos logísticos, la demanda y el marco geopolítico que azotan al mundo.
Sin embargo, el informe Escenarios de Seguridad Energética 2025, que lleva a cabo Shell, da una bocanada de aire fresco para las propuestas que están en carpeta para el shale argentino. Europa y Asia son los mercados que demandarán más energía.
Según el documento, se prevé que, para 2030, la demanda de GNL se verá impulsada por el creciente consumo en Europa para compensar la pérdida de suministro de gas por gasoducto ruso y garantizar un almacenamiento de gas suficiente para las temporadas de calefacción invernal, así como por el aumento de la demanda en las economías asiáticas, para sustituir parte de la generación de electricidad con carbón y utilizar más gas en la producción industrial.
La oferta, por otro lado, también crecerá, especialmente después de 2027, gracias a los nuevos proyectos de expansión en el segundo mayor exportador de GNL del mundo, Qatar, y a los nuevos proyectos que se pondrán en marcha en el mayor exportador del mundo, Estados Unidos.