El Estrecho de Ormuz ha vuelto al centro de la geopolítica mundial. Ubicado entre Irán y Omán, este angosto paso marítimo canaliza cerca del 20% del petróleo que se consume en todo el mundo. En medio de crecientes tensiones entre Irán, Estados Unidos e Israel, el Parlamento iraní aprobó una moción para bloquear esa vía estratégica. ¿Qué consecuencias tendría esta decisión para el mercado energético mundial?
¿Qué es el Estrecho de Ormuz y por qué es tan importante?
El Estrecho de Ormuz es una arteria vital para el comercio de crudo y gas natural. A través de sus aguas transitan diariamente más de 15 millones de barriles de petróleo y millones de toneladas de gas natural licuado (GNL), especialmente con destino a mercados asiáticos y europeos.
Con solo 34 km de ancho en su punto más estrecho, es uno de los cuellos de botella más críticos del comercio energético. Cualquier alteración en su operatividad puede generar impactos inmediatos en los precios internacionales del petróleo.
Impacto directo en los precios del petróleo
La amenaza de un cierre por parte de Irán —en respuesta a ataques aéreos estadounidenses sobre instalaciones nucleares— ha disparado las alertas. Según analistas de BCA Research y JP Morgan, el precio del crudo podría dispararse hasta los 120 o incluso 130 dólares por barril si se concreta la medida.
Esto supondría:
- Un aumento del 30% al 50% en el precio del petróleo.
- Gasolina por encima de los 5 o 7 dólares por galón en Estados Unidos.
- Escalada en los costos del gas natural y de la electricidad, especialmente en Europa.
Especulación y acaparamiento: un efecto dominó
Ante un eventual bloqueo del Estrecho de Ormuz, muchos países podrían recurrir al acaparamiento de reservas estratégicas, lo que incrementaría aún más la presión sobre la oferta. Se teme que esto genere un shock inflacionario global, impactando el consumo, el empleo y la inversión.
Alternativas al Estrecho: ¿son suficientes?
Algunos países productores ya han tomado medidas para reducir su dependencia de Ormuz:
- Arabia Saudita utiliza un oleoducto de 1.200 km hacia el Mar Rojo.
- Emiratos Árabes Unidos envía crudo al puerto de Fujairah, al sur del Estrecho.
- Irán cuenta con una terminal alternativa en Jask, operativa desde 2021.
Sin embargo, Kuwait, Qatar, Baréin e Irak aún dependen completamente de esta vía. La diversificación actual no es suficiente para compensar el cierre completo del Estrecho, al menos a corto plazo.
¿Un conflicto regional con impacto global?
El cierre del Estrecho de Ormuz no solo alteraría el mercado energético, sino que también tendría repercusiones financieras y políticas a escala global:
- Aumento de la inflación.
- Subida de tipos de interés por parte de los bancos centrales.
- Caída en los mercados bursátiles y aumento de la volatilidad.
- Tensión en las relaciones internacionales, especialmente con China, principal importador de crudo a través de Ormuz.
Incertidumbre, precios volátiles y riesgo global
El mundo observa con atención los próximos pasos de Irán y la respuesta de Estados Unidos e Israel. Aunque en otras ocasiones Irán ha amenazado con bloquear el Estrecho sin llevarlo a cabo, la situación actual es inédita.
Un eventual cierre marcaría un antes y un después en el comercio energético global, empujando al crudo a niveles no vistos desde crisis pasadas y golpeando a consumidores y empresas por igual.