Algunas de las principales productoras con bloques en Vaca Muerta empezaron a “recalcular” sus planes de inversión para el segundo semestre. En parte, es lo que explica el tono crítico del comunicado que tres cámaras de pymes del shale de Neuquén emitieron esta semana. Allí denuncian la caída de contrataciones y la “retracción” de la actividad del segmento no convencional, entre otros reclamos.
En una primera mirada, implica un fuerte contraste: indicadores de producción que crecieron al menos hasta mediados de este año, un cuadro que en parte seguirá explicando en el 2025 el rendimiento de algunos de los mejores pozos productores del mundo, sobre todo en el petróleo no convencional.
Mejor Energía realizó un paneo con productoras que integran ese andamiaje clave para el superávit de la balanza comercial energética. En buena medida, coincidieron en afirmar que “muchas” están ajustando sus planes de inversión para el segundo tramo del año.
En principio, aseguran que es posible vivir del upstream precedente. Es decir, garantías de continuar una senda similar a la actual, y hasta con incrementos de producción, pero ajustando los niveles de contratación y optimizando más la inversión en Vaca Muerta, gracias a pozos ya perforados.
De hecho, afirman que podría ocurrir que la cifra de 10.000 millones de dólares de inversión previstos para este año en Neuquén, en rigor, podría ser levemente inferior al final del 2025.
“Si fuera dirigente de estas cámaras, también hubiera levantado la mano, hubiera hecho ruido”, dijo una fuente de la industria consultada para esta columna.
Una parte central de todo el asunto: los “costos más altos” producto de un tipo de cambio “pisado” junto con la inflación sumando mes a mes. Es decir, cuánto rinde un dólar hoy en toda la cadena de suministros y cuánto rendía en el promedio del ciclo transitado hasta finales del 2024, por solo establecer una cota temporaria reciente.
Esos costos más elevados localmente imponen parte central del escenario, en el que voceros de la industria, como el presidente de YPF Horacio Marín, vienen pugnando por la necesidad de reducir costos operativos en Argentina.
Al mismo tiempo, el imponderable geopolítico. Otra fuente consultada habló de proyecciones de inversión al final del 2024 que se calcularon con un barril de crudo Brent más cercano a los 80 dólares que a uno al promedio de los 65/70 (ciclo actual).
Se trata de la ambigüedad que, en el 2025, en un lapso breve fue desde la política arancelaria de Donald Trump –y su impacto en la cotización del petróleo– hasta la guerra entre Israel e Irán (y el pico de precios de 80 para luego descender a los 67 de esta semana). Esto también está conspirando para la estabilidad de esas metas de inversión oficializadas ante el gobierno neuquino. Y es algo que en plena guerra comercial entre China y Estados Unidos sectores de la industria ya vaticinaban.
Así, de acuerdo a parte de la mirada de las productoras, esa retracción solo tendería a modificarse con un promedio de 80 dólares por barril para el segundo tramo del 2025. “Hubo una planificación que parecía más holgada respecto de lo que parece que será el segundo semestre”, confió otra fuente.
Es por eso que, a la luz de este nuevo escenario, hay empresas que están “recalculando” sus inversiones.
Es un contexto en el que, en medio, hay grandes proyectos en marcha vinculados a la expansión de Vaca Muerta. Es otra variable que incide.
Así, algunas operadoras evalúan el momento y la conveniencia de acelerar en la producción de petróleo. La coyuntura les da motivos para elegir para crecer más con la finalización del VMOS, el oleoducto exportador que se abre paso entre entre Vaca Muerta y Punta Colorada, en Río Negro.
En el Contexto actual, hay referentes de la industria que señalan que no conviene dar un salto adicional sino hasta que ese caño esté finalizado, al margen de los márgenes que todavía hay de inyección en la infraestructura existente, hacia Chile y el Atlántico.
Entre tanto, lo que sí podrá verse son inversiones necesarias en superficie, a la espera de la finalización de esa vía exportadora.
En ese escenario, lo que buscan sectores de la industria es sostener con la inercia del primer tramo del año una suerte de “velocidad crucero”, incluso atenuada. Pese a recortes en contrataciones, hay márgenes para que la producción crezca levemente.
Parte de esa coyuntura podría estar moldeada por empresas que sí necesitarán crecer, luego de operaciones de compra de bloques que tienen como garantía de pago la venta de crudo en el mercado global.
Y en Un escenario así, lo primero que se resiente son contrataciones en el entramado pyme, que nuclea al grueso de los 25.000 trabajadores de la Cuenca Neuquina.
En parte, y desde su óptica, es lo que viene planteando el gobierno provincial. Ve que las regalías petroleras también caen en términos reales, pese a la suba de la producción: en mayo esa baja fue del 13 por ciento interanual, y en junio, de acuerdo a los datos del Ministerio de Economía, fue de un 5% menos.
Como lo dicen los principales funcionarios del área, la clave es el mix macroeconómico e inflacionario, que también incide de forma clara en el principal proyecto económico del país, la misma base que sostiene una parte sustancial del ingreso de dólares en Argentina.