El gas debería aumentar 66% solo para acompañar la suba del dólar de este año

El ex vicepresidente de administración y finanzas de YPF, Nicolás Arceo, aseguró que con el esquema regulatorio actual el gas debería aumentar 66% en la próxima revisión tarifaria solo para acompañar la devaluación del peso registrada este año. “El cuadro tarifario acordado por las distribuidoras a comienzos de 2019 contemplaba un precio de 4,7 dólares por millón de BTU. Si el tipo de cambio termina en torno a los 65 pesos por dólar, el valor del gas natural para distribuidoras en el mercado local se va a ubicar en 2,9 dólares el millón de BTU en diciembre de 2019. Esto plantea que, de mantenerse los marcos regulatorios actuales y de intentar retomar un valor del gas de 4,7 dólares en la revisión tarifaria que se tendría que hacer en enero o abril de 2020, el incremento de las tarifas de gas natural alcanzaría el 66%”, explicó Arceo, uno de los consultores más consistentes en materia energética, al exponer el jueves en el IV Congreso de Estado y Políticas Públicas realizado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) donde compartió mesa con el ex titular de Enargas, David Tezanos y con la gerenta general de Excelerate Energy, Gabriela Aguilar.
Arceo, doctor en Economía formado en la UBA, jugó un rol estratégico en la YPF que presidió Miguel Galuccio, validando con el gobierno nacional algunas decisiones clave de la gestión energética entre 2012 y 2015, como la creación del Plan Gas (que recompuso la señal de precios para el upstream de gas) y el descongelamiento del precio de combustibles, que permitió el incremento del precio interno del petróleo a fin de promover la inversión en Vaca Muerta.
Arceo dejó entrever que no existe viabilidad social para aplicar una recomposición tarifaria de esa magnitud. El próximo gobierno deberá, frente a ese contexto, determinar si mantiene el esquema de actualización tarifaria previsto en el marco regulatorio actual, a fin de impulsar la inversión en el sector de gas o, por el contrario, avanza con un congelamiento de tarifas para mejorar la situación y los ingresos de los consumidores. “Mostrar estos casos polares invita a pensar que la resolución se va a dar en un punto intermedio”, afirmó. “Es central que Argentina mantenga el abastecimiento del valle de verano en términos de producción gasífera. Costó muchos recursos fiscales e ingresos de los consumidores recuperar la producción de gas desde 2013. Y creo que uno de los objetivos centrales de la política energética debería ser garantizar los actuales niveles de producción para que sirvan de base a un crecimiento exportador”, remarcó.

En esa línea, agregó que “el crecimiento de la producción gasífera en Argentina necesariamente deberá estar asociado a la instalación de terminales de licuefacción para exportación y, más allá de un exceso de oferta en los próximos dos o tres años, el mercado internacional de GNL va a tener demanda para una producción incremental desde nuestro país”.
Ubicada en el hemisferio sur, Argentina tendría posibilidades de competir con el GNL no convencional proveniente de Estados Unidos por su ventaja geográfica y porque cuenta con menores costos de transporte. “El debate que opone el abastecimiento del mercado local a la exportación queda en segundo plano. Argentina tiene un nivel de recursos de gas natural que permitiría garantizar el consumo local por 468 años”, señaló el ex YPF. “Con un costo de GNL  en torno a los 7,9/ 8 dólares por millón de BTU- descontados los costos de trasporte y licuefacción-, un productor argentino podría percibir 3,8 dólares por millón de BTU”.
A raíz de ello, durante la conferencia se plantearon los problemas que trae aparejados la exportación de gas natural. En primer lugar se habló de la necesidad de establecer un marco regulatorio para compatibilizar el abastecimiento de la demanda local con un proceso de exportación continuo a través de las terminales licuefactoras.

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