La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, impulsa una iniciativa para reformar la Ley de Petróleos Mexicanos, la cual plantea la reintegración de todas las áreas de negocio de Pemex bajo una estructura unificada y sin empresas productivas subsidiarias, aunque se conservarán las empresas filiales. Este cambio sigue la reciente reforma constitucional que transformó a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en empresas públicas del Estado, abandonando el modelo de empresas productivas del Estado. Con este nuevo estatus, Pemex se reorganizará para operar directamente mediante divisiones especializadas alineadas con los objetivos del Plan de Negocios, lo cual busca facilitar el control y la eficiencia en la toma de decisiones.
El proyecto enfatiza la misión de Pemex de garantizar la seguridad energética, cumplir una función social y ambiental, y apoyar la transición energética. Se declara a Pemex como una entidad pública exclusiva del Gobierno Federal, enfocada en asegurar la soberanía y autosuficiencia energéticas, con metas de sostenibilidad y responsabilidad social. Además, Sheinbaum sugiere que la integración de Pemex como una entidad unificada reducirá el gasto público y promoverá una administración eficiente y transparente, acorde con la política de austeridad del gobierno.
La autosuficiencia energética y el suministro nacional de hidrocarburos y combustibles son prioridades explícitas en la iniciativa, así como la incorporación de la producción de biocombustibles en las actividades de Pemex. En términos de gobernanza, se refuerzan los principios de transparencia y rendición de cuentas.
Sheinbaum busca transformar a Pemex en una empresa unificada, enfocada en autosuficiencia energética y sostenibilidad, eliminando subsidiarias y fortaleciendo la transparencia en su administración.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, impulsa una iniciativa para reformar la Ley de Petróleos Mexicanos, la cual plantea la reintegración de todas las áreas de negocio de Pemex bajo una estructura unificada y sin empresas productivas subsidiarias, aunque se conservarán las empresas filiales. Este cambio sigue la reciente reforma constitucional que transformó a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en empresas públicas del Estado, abandonando el modelo de empresas productivas del Estado. Con este nuevo estatus, Pemex se reorganizará para operar directamente mediante divisiones especializadas alineadas con los objetivos del Plan de Negocios, lo cual busca facilitar el control y la eficiencia en la toma de decisiones.
El proyecto enfatiza la misión de Pemex de garantizar la seguridad energética, cumplir una función social y ambiental, y apoyar la transición energética. Se declara a Pemex como una entidad pública exclusiva del Gobierno Federal, enfocada en asegurar la soberanía y autosuficiencia energéticas, con metas de sostenibilidad y responsabilidad social. Además, Sheinbaum sugiere que la integración de Pemex como una entidad unificada reducirá el gasto público y promoverá una administración eficiente y transparente, acorde con la política de austeridad del gobierno.
La autosuficiencia energética y el suministro nacional de hidrocarburos y combustibles son prioridades explícitas en la iniciativa, así como la incorporación de la producción de biocombustibles en las actividades de Pemex. En términos de gobernanza, se refuerzan los principios de transparencia y rendición de cuentas.