Pemex prohíbe vuelos en primera clase y promueve videoconferencias como parte de un plan de austeridad, pero expertos advierten que la medida es insuficiente.
Petróleos Mexicanos (Pemex) atraviesa una crisis estructural que ha obligado a su Consejo de Administración a lanzar un nuevo plan de austeridad para contener el gasto operativo, ante su creciente deuda financiera, bajos precios del crudo, una producción estancada y una abultada plantilla laboral.
Como parte del programa, se ha prohibido a los funcionarios de la empresa y sus subsidiarias adquirir boletos de avión en primera clase o clase ejecutiva. En su lugar, deberán optar por tarifas de clase turista o comercial. Las únicas excepciones serán en casos de urgencia y debidamente justificadas, siempre que no impliquen viajar en las categorías restringidas.
El acta del Consejo señala también que se debe dar preferencia al uso de videoconferencias en lugar de reuniones presenciales como una forma adicional de ahorrar recursos.
Esta medida llega en un contexto de serias presiones financieras. Pemex arrastra una deuda total de más de 100 mil millones de dólares y enfrenta pasivos con proveedores que superan los 500 mil millones de pesos. La baja en la cotización internacional del crudo y la ineficiencia operativa en algunas áreas clave, como la refinación, han agravado su situación.
La situación de Pemex sigue generando inquietud en los mercados y entre expertos, quienes advierten que, sin una estrategia más profunda de reestructuración operativa y financiera, las medidas de austeridad serán apenas un paliativo temporal ante una crisis de gran escala.