La Argentina retomó la importación de gas de Bolivia para abastecer al noroeste del país, ante la falta de suministro en esa región por la mayor demanda invernal y por las obras inconclusas en la reversión del Gasoducto Norte.
De acuerdo con el parte diario del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS), nuestro país importó ayer de Bolivia 0,9 millones de metros cúbicos de gas natural tras haber “festejado” hace menos de un año que dicho contrato había llegado a su fin luego de dos décadas. Si bien no se informó el precio, estaría entre los 8 y 9 dólares por millón de BTU.
Sucede que el proyecto completo de reversión del Gasoducto Norte, inaugurado hace menos de un año con bombos y platillos por el ministro de Economía, Luis “Toto Caputo”, todavía no cuenta con el cambio de sentido de flujo de cuatro plantas compresoras, dos de ellas ubicadas en Córdoba, mientras que las restantes se encuentran en Santiago del Estero y Salta. Estas cuatro plantas debían estar finalizadas para junio de 2025 pero a mayo tenían un avance que en promedio no llegaba al 30 por ciento.
La operación fue realizada por la comercializadora Gas Meridional, una empresa que en el sector advierten que a pesar de “no tener una cartera amplia de industrias, desde que liberaron la compra de gas por parte de las centrales, se dio la casualidad que habrían ganado algunas licitaciones”. El gas sería para YPF Luz, quien se haría cargo de pagarlo. La empresa de la petrolera de mayoría estatal tiene el Complejo Generación Tucumán con 1.302 MW de potencia instalada distribuidos en sus tres centrales térmicas, alimentadas con gas natural
El ente tiene previsto para este viernes 13 de junio el ingreso un millón de metros cúbicos y no se sabe hasta cuándo van a continuar. Por otra parte, en la secretaría de Energía, que conduce María Tettamanti, circulan versiones sobre la posibilidad de sumar gas de Chile, como se hizo el año pasado.
Los trabajos pendientes abarcan el cambio de sentido de flujo de las plantas compresoras de Lavalle en Santiago del Estero, Lumbreras en Salta y Dean Funes y Ferreyra en Córdoba, que lleva adelante con muchas dificultades la empresa Esuco, cuestionada por los incumplimientos cuando construyó la compresora en Mercedes, una obra complementaria del gasoducto Perito Moreno, a la que todavía le faltaría el aero enfriador, un elemento clave para su funcionamiento.