Argentina está concretando, durante estos días, una de las exportaciones de petróleo más grande de su historia. El país disfruta de un superávit en su balance energético que no se veía en 20 años. Hay, al menos, unos cinco proyectos en marcha que podrían generar inversiones nunca vistas y llevar a la Argentina a una posición exportadora imperdible.
La foto parece ser alentadora y promisoria. El interrogante es ¿por qué si el sector es tan atractivo cada vez más empresas extranjeras se están yendo?
La francesa Total Energies empezó a escuchar ofertas por sus activos en el país. La malaya Petronas los vendió, al igual que hizo la estadounidense Exxon. Son todos grandes nombres de la industria petrolera que deciden tirar la toalla en Vaca Muerta, considerada una de las formaciones con mayores rendimiento de petróleo y gas no convencional.
No hay una respuesta, sino múltiples. Y además, varios de los consultados, solo explicaron su posición pidiendo reserva de su nombre, ya que temen herir susceptibilidades.
«Más allá de los casos puntuales, hay empresas que -hace rato- decidieron irse de Argentina. Los riesgos regulatorios, los vaivenes, los cambios de reglas de juego. Lo que les pasa en Vaca Muerta es que encontraron la oportunidad de poder irse y recibir, por primera vez, un precio acorde a lo que ellos querían»; describe un economista que trabaja con empresas del sector.
Exxon remató sus bienes en el país y casi todas las petroleras nacionales mostraron interés. La firma estadounidense finalmente se habría llevado más de u$s 1500 millones, más de lo que estaba en sus planes iniciales, según comentan en el sector.
«Desde algunos rincones se está alimentando un exitismo exacerbado. Hay un revoleo de miles de millones de dólares que ojalá se concreten y sean posibles, pero la realidad es que el precio del petróleo está bajando y las operadoras prefieren ser prudentes», observa un consultor, que prefiere no ser mencionado.
La nacional Vista se quedó con Petronas, y desembolsó u$s 900 millones. La malaya fue la primera candidata a construir una planta de licuefacción de GNL en un consorcio con YPF. Sin embargo, se bajó de ese proyecto y remató sus bienes en el país.
«Argentina mejoró mucho. Hay discusiones sobre la conveniencia de exportar o no que ya -por suerte- no se dan más. La política en general -más allá de un espacio puntual- está entendiendo mejor Vaca Muerta y su potencial. Los argentinos lo sabemos, pero los extranjeros no quieren correr riesgos», añade un empresario que está a la caza de «oportunidades».
YPF sueña con exportaciones de gas y petróleo por u$s 30.000 millones en 2030. Y el mercado parece estar creyéndole ese sueño. Hay interés de Shell, Eni y otras que están en carpeta para proyectos de gran escala.
«Algunos ejecutivos extranjeros repiten en petróleo lo mismo que en tantos otros sectores: ‘esto ya lo vimos’. El país se vuelve amigable con los mercados unos años, como pasó durante el gobierno de (Mauricio Macri), pero después involuciona y vuelve a adoptar políticas anti-empresas», detalla el economista.
«Esta vez el cambio es profundo y Vaca Muerta es una política de Estado que ningún sector va a tocar», grafica el empresario, que tiende puentes con todos los sectores. «Pero es lógico que alguna empresa que se haya ‘quemado’ en experiencias anteriores ahora prefiere ser cautelosa», agrega.
La francesa Total Energies anunció que recibió ofertas por sus activos en el país. Eso no significa que se vaya de inmediato. Por lo pronto, la compañía cambiará su management, preparándose para una nueva etapa.
«El país no es para cualquiera. Hay que tener estómago. Las explicaciones que le dan las filiales locales a las casas matrices son agotadoras. Entonces, si aparece una opción para abandonar Argentina a un precio viable, creo que esto seguirá pasando», plantea otro asesor de petroleras.
Una vez más, afloran las contradicciones. En el mejor momento energético local de los últimos 20 años, ya se fueron dos grandes y hay una tercera escuchando ofertas. Los nacionales, confiados, se frotan las manos. En junio, exportaron el doble que en 2024. «Un crecimiento del 115% es insólito. Es evidente que algunas empresas locales sí están muy entusiasmadas».