La «argentinización» de Vaca Muerta: el nuevo tablero ante el retiro de firmas extranjeras

La venta de los activos de ExxonMobil en Vaca Muerta, en diciembre del año pasado, generó un punto de inflexión, una especie de onda expansiva de ventas por parte de firmas extranjeras, con un detalle en común más que llamativo. Y es que la totalidad de las compras fueron hechas por firmas de capitales nacionales, lo que podría definirse como la “argentinización” de Vaca Muerta.

Lo que sucedió con la venta de las seis áreas de ExxonMobil es que la firma logró un precio tan alto -2.000 millones de dólares en total- que llamó la atención de todas las casas matrices de las internacionales con presencia en Vaca Muerta, y poco después comenzaron a aparecer los carteles de “en venta” a la pesca de ofertas.

La malaya Petronas selló la venta de su único activo en el país, el 50% de La Amarga Chica y se fue con 1.500 millones de dólares. Mientras que la francesa TotalEnergies acaba de embolsar 500 millones de dólares por la participación de otras dos áreas. En una lista en la que la noruega Equinor aún escucha ofertas.

Pero más allá de este movimiento de venta de las firmas extranjeras -potenciado por la apertura del cepo cambiario que permite el retiro de los dólares del país- cada una de las ventas tuvo como comprador a una empresa de capitales argentinos, que ya tenían presencia en Vaca Muerta pero que ahora ampliaron su porción.

En el caso de ExxonMobil la empresa compradora fue la firma Pluspetrol por el gran paquete, e YPF en un área que se vendió aparte.

La venta de Petronas se dio a Vista Energy, la petrolera del ex CEO de YPF, Miguel Galuccio. Y la misma YPF fue la que se quedó esta semana con las participaciones en dos bloques de Vaca Muerta que vendió TotalEnergies.

Para el exsubsecretario de Hidrocarburos de la Nación, y titular de la consultora Paspartú, Juan José Carbajales, “el fenómeno de salida de compañías multinacionales en favor de la expansión de firmas locales obedece a múltiples factores, tales como reordenamiento del portfolio global, la reorientación de las cadenas de suministro, los altos costos operativos en dólares y, finalmente, la valorización de los activos post salida de ExxonMobil”.

Pero marcó que “también hay señales de que no se trata de una estampida. Por un lado, el marco político-regulatorio favorece la iniciativa privada y las exportaciones energéticas, con generosas exenciones fiscales vía Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Por otro lado, hay grandes compañías globales que siguen apostando por Vaca Muerta y otros activos, al mismo tiempo que están llegando Golar (Noruega) y Eni (Italia) de la mano del proyecto de GNL”.

En esa lista de firmas extranjeras que llegan al país se suma la colombiana GeoPark, que si bien no pudo sellar su ingreso a Vaca Muerta, sigue recorriendo la zona para adquirir activos.

Carbajales advirtió que pese a estos cambios, la buscada “lluvia de inversiones” que impulsa el gobierno no se ha plasmado aún en términos de Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector.

Lo que aún no está en claro en estos cambios del tablero de ajedrez de Vaca Muerta es no solo si -como plantea Carbajales- la inversión extranjera logrará finalmente impactar con fuerza, tal como se busca con normas como el RIGI.

Sino también, qué implicará de cara al futuro financiamiento de los proyectos de Vaca Muerta esta “argentinización” de la formación estrella de los hidrocarburos.

Para el exsecretario de Planeamiento Energético de la Nación y actual director de la consultora Aleph Energy, Daniel Dreizzen, “de cara al financiamiento futuro de alguna manera cuantas más empresas haya es mejor, porque el financiamiento es uno de los cuellos botellas”.

En ese sentido, marcó que más áreas en pocas manos puede llevar a que se invierta solo en los mejores bloques, en detrimento de otros. Y remarcó que “cuantas más empresas haya, más financiamiento también se va a conseguir y en especial porque las extranjeras no compiten con el financiamiento local”.

Pero de cara a las firmas nacionales, Dreizzen consideró que para las empresas argentinas “puede que el mismo activo valga más para ellos que para una extranjera”. A lo que sumó que no solo están más familiarizadas con la situación local, sino que también están más alejadas de otros fenómenos que afectan a las internacionales, como la focalización en los mega activos del mundo.

Con este escenario por delante, por ahora, la única señal clara en el nuevo mapa de Vaca Muerta es que por primera vez en décadas se logró un financiamiento externo especial para un finance proyect, es decir a un proyecto en sí y no a una empresa: el desarrollo del sistema Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) de exportación de petróleo.

Un crédito de 2.000 millones de dólares sellado con entidades como Citi, Deutsche Bank, Itau, JP Morgan y Santander y 14 bancos e inversores institucionales internacionales, para respaldar el plan exportador de petróleo que en consorcio conforman las empresas YPF, Pluspetrol, Vista Energy, Pan American Energy (PAE), Pampa Energía, Tecpetrol, Shell, Chevron y Gas y Petróleo del Neuquén (GyP).

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