El cártel de productores de petróleo más grande del mercado, la OPEP+, que recoge los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y otros socios externos como Rusia, ha decidido dar un paso adelante y empezar a aumentar la producción a partir del mes de octubre. Esta decisión se anunció en junio y generó una rápida caída en los precios del petróleo, lo que llevó a algunos miembros de la Organización a dar marcha atrás y asegurar que la decisión podría posponerse. Ahora, sin embargo, todo apunta a que el cártel no se va a acobardar por las caídas del crudo y que ya hay un acuerdo total por parte de los socios para seguir adelante con el plan, según destaca la agencia Bloomberg, que aumentará hasta los 2,2 millones de barriles diarios la oferta de petróleo en el mundo. El nuevo petróleo de la OPEP+ llegaría a un mercado que ya estaría sufriendo sobreoferta, según los últimos cálculos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA).
La IEA señala en su informe de análisis del mercado de petróleo de este mes de julio cómo los inventarios de petróleo estarán «en equilibrio» en el último trimestre de este año, incluso si el cártel que lidera Arabia Saudí lleva a cabo su plan de aumentar la producción paulatinamente, hasta un total de 2,2 millones de barriles diarios. La tendencia de sobreoferta en el petróleo se extenderá al año que viene, según calcula la agencia, y se mantendrá durante «la mayor parte del año», esperan.
Con un escenario de debilidad en la demanda de petróleo mundial, combinado con una oferta sólida sobre la mesa, lo lógico parece que sería, por parte de la OPEP+, que mantuviesen su estrategia de oferta limitada durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, parece que la paciencia del cártel se ha agotado tras más de un año sacrificando cuota de producción para intentar mantener los precios altos, y todo apunta a que el plan anunciado en junio, que aumentará la cantidad de petróleo disponible en el mercado, va a seguir adelante.
Según Bloomberg, citando fuentes conocedoras de las negociaciones, la reunión de la semana que viene de la OPEP+, planificada para el 1 de agosto, será un mero trámite y no cambiará un ápice la estrategia de ir aumentando la oferta paulatinamente. Las dudas que plantearon algunos miembros de la OPEP en junio, justo después de anunciar este nuevo plan, parece que se han disipado por completo: entonces, por la caída de precios del crudo que hubo como reacción al anuncio de la OPEP, varios miembros rectificaron rápidamente y mostraron dudas sobre la implementación de la nueva hoja de ruta, y señalaron que era un plan que se podría retrasar. Ahora parece que no será así. «No hay planes del Comité de dar ninguna recomendación nueva sobre la política de producción», han declarado a la agencia algunos delegados del cártel.
El precio del barril no se está viendo demasiado alterado por las noticias de posibles aumentos de oferta, o por la estimación de la IEA, la semana pasada, de que la demanda de petróleo está sufriendo un frenazo importante por la contracción del consumo en China. El Brent europeo lleva todo el año moviéndose en una horquilla entre los 78 y los 92 dólares, y ahora se mantiene relativamente estable en el entorno de los 85 dólares.
El dilema de la OPEP+: hundir los precios o sacrificar su producción
Como ha sido habitual en los últimos años, la OPEP y sus socios externos siguen inmersos en un dilema complicado. Por un lado, la dependencia del petróleo por parte de los miembros del cártel es fuerte, y necesitan vender todo el crudo posible para poder cubrir su gasto público. Por otro, si no limitan artificialmente la producción, como han hecho en repetidas ocasiones durante los últimos años, corren el riesgo de que el petróleo se hunda de precio y sus ingresos por exportarlo se reduzcan mucho. Las cifras de producción de los miembros originales de la OPEP son significativas: en junio han producido 26,98 millones de barriles entre todos, y su capacidad total sería de 33,49 millones, por lo que se dejan 6,5 millones de barriles aproximadamente por el camino, un sacrificio duro de sobrellevar.
La decisión de aumentar la oferta es temeraria en este momento, si se tienen en cuenta las previsiones de una demanda débil en los próximos trimestres por parte de la IEA. La idea que estaría rondando la OPEP, como explica Jorge Leon a Bloomberg, vicepresidente de Rystad Energy, es que «si la demanda aumenta en la segunda mitad de este año, la OPEP+ tendría la capacidad de empezar a terminar con los recortes de oferta desde el mes de octubre». El problema es que, a los 2,2 millones de barriles de nueva oferta que inyectaría la OPEP, es posible que haya que sumarle otros 1,8 millones de barriles de nueva oferta por parte de productores ajenos al cártel, principalmente Estados Unidos, Canadá, Guyana y Brasil, que aumentarán la producción en 1,5 millones de barriles diarios en 2025 si se cumplen las estimaciones de la IEA.
Otros expertos, como Aldo Spanjer, estratega de materias primas de BNP Paribas, tiene serias dudas de que se vaya a producir el escenario que permitiría a la OPEP+ aumentar la oferta como se está especulando, sin hundir los precios del crudo. «No creo que el mercado vaya a ser lo suficientemente fuerte como para aguantar volúmenes significativos de la OPEP», explica.
El problema de fondo para los grandes productores de crudo es que el mercado está bien abastecido, y en los últimos años ha habido varios momentos en los que esto ha quedado en evidencia. De hecho, desde el año 2014 hasta que empezó la crisis inflacionista en 2021, el precio del crudo ha estado casi en todo momento cotizando por debajo de los 80 dólares, una etapa que contrasta mucho con los precios que se vivieron en los años previos, muy por encima de los 100 dólares el barril. La irrupción de nueva oferta de crudo por parte de países como Estados Unidos o Guyana ha sido un dolor de muelas para la Organización.