Según el diario estadounidense The New York Times, este sería un punto álgido si el Gobierno mexicano quisiera ser más duro en su postura frente a Washington.
«Una interrupción del flujo de gas a México sería más que caótica«, dijo al medio W. Schreiner Parker, director gerente para América Latina de Rystad Energy, una compañía del sector energético.
De acuerdo con el experto, esa es la causa por la que la Administración mexicana apuesta por el diálogo y las mesas de trabajo bilaterales a acciones más concretas.
«Para México, una detención de los envíos de este combustible, aunque sea por un corto período, podría causar estragos económicos aún mayores que los aranceles, advierten los estrategas energéticos. Esto se debe a que el gas natural ha ganado terreno frente al petróleo como la mayor fuente de combustible del país, y se utiliza para producir el 60% de la electricidad» en la nación latinoamericana, refiere el NYT.
Según el diario, este recurso podría fungir como medida de presión de EEUU contra México, en caso de que así lo dispusiera el Gobierno encabezado por el presidente Donald Trump.
«Aunque las autoridades mexicanas generalmente se abstienen de llamar la atención sobre el tema, algunos funcionarios han enmarcado las importaciones de combustible como una vulnerabilidad evidente», asevera el medio.
Por ejemplo, expone el NYT, Juan Roberto Lozano, funcionario de Centro Nacional de Control de Energía de México (CENACE), dijo a la publicación Natural Gas Intelligence que Trump sabe muy bien la fuerte dependencia del país latinoamericano hacia el gas natural.
«La Administración Trump está totalmente consciente de esta dependencia excesiva (…) Es completamente entendible que la energía pueda convertirse en un punto de discordia entre México y Estados Unidos», apuntó.
Mientras esto ocurre, el Gobierno mexicano continúa con los trabajos para lograr la autosuficiencia energética, para lo que se han implementado nuevas leyes e, incluso, estrategias específicas para fortalecer a las dos empresas estatales más relevantes: Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).