En este contexto, los envíos destinados a Cuba apenas incrementaron respecto a septiembre, a pesar de la estrecha alianza política entre Caracas y La Habana. Al compartir detalles sobre esta situación, Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, comentó al Diario de Cuba que el leve incremento se debió a las prioridades del régimen de Nicolás Maduro con respecto a la comercialización de su petróleo.
Por segundo mes consecutivo, Cuba es el último país respecto al destino del crudo extraído en la nación sudamericana. Antes de mandar un embarque a la Isla, el gobierno chavista cumple con los cargamentos dirigidos a China, India, y operadores como Chevron y Repsol, cuyas sedes se encuentra en Estados Unidos.
“El promedio de suministro para Cuba fue de 55.000 bpd a inicios de 2024, pero actualmente ronda los 23.000 bpd”, afirmó Piñón, además de recordar que la Mayor de las Antillas recibió aproximadamente 28.000 bpd en octubre, un leve aumento respecto a los 22.000 bpd enviados el mes anterior
La escasez de petróleo venezolano ha empeorado la crisis energética en Cuba, que nuevamente tocó fondo en octubre. Las autoridades cubanas culpan a EEUU por las dificultades para conseguir combustible, aludiendo al impacto del embargo y las sanciones. Sin embargo, evitan mencionar la caída en los envíos desde Venezuela y la baja frecuencia de cargamentos desde otros aliados, como México y Rusia.